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COS, la niña bonita de H&M

Martin Andersson es director de diseño de la línea masculina de COS, la marca por la que el grupo sueco apuesta fuerte este año

Martin Andersson, diseñador de COS, el jueves en Madrid.
Martin Andersson, diseñador de COS, el jueves en Madrid.Samuel Sánchez
Elisabet Sans

H&M no es solo una marca de ropa, es también un grupo que en 2015 superó los 22.600 millones de euros en ventas gracias a sus seis firmas: H&M, &Other Stories, Cheap Monday, Monki, Weekday y COS. Es precisamente esta última, la más cara por primar el diseño y los tejidos de calidad, en la que la compañía va a centrar sus esfuerzos de crecimiento este año. Con 173 tiendas —39 de ellas abiertas el año pasado— en 30 países, en los próximos meses inaugurarán más establecimientos en los mercados existentes y van a añadir a su particular mapa República Checa, Rumanía, Latvia, Malasia y Arabia Saudí. Al frente de la colección de hombres está Martin Andersson, quien acude al encuentro siguiendo al dedillo la personalidad de la firma: traje negro de líneas rectas, con una camiseta básica blanca de algodón y zapatillas negras de suela blanca. Funcionalidad y minimalismo, marca de la casa.

"COS es moda que tiene que ver con lo atemporal, vamos más allá de la temporada. Otra constante en nuestras colecciones es definitivamente la funcionalidad, que está no solo en las cosas obvias como los bolsillos, también tiene que ver con piezas que puedas lavar en casa o que puedas utilizar para ir a trabajar y luego a un evento", cuenta Andersson (Olofström, Suecia, 1976), al frente de un equipo en el que hay otros tres diseñadores pensando en cómo vestir a los hombres.

Él es el primer convencido de la línea que marcó COS desde su inicio, cuando abrió la primera tienda en Regent Street de Londres en 2007. Precisamente a esta capital se trasladó cuando tenía 20 años para perseguir su sueño de niño, cuando influenciado por la moda británica que veía en revistas y que no podía encontrar en las tiendas empezó a confeccionar esos diseños con la ayuda de su madre, costurera. Tras estudiar tres años en la reconocida escuela Central Saint Martins y crear su propia firma, que mantuvo de 2003 a 2007, en 2008 aterrizaba como director de diseño de la línea masculina de una empresa con sus mismos orígenes y con sede en la ciudad que le despertó su pasión por la moda.

Hoy su influencia la busca en artistas, diseñadores y arquitectos contemporáneos. "También nos encantan las piezas que fueron diseñadas en mitad del siglo pasado y que siguen siendo modernas y relevantes", añade. Tienen su personalidad tan definida —el blanco, negro, gris y azul marino son indispensables en sus colecciones— que "nunca" introducen cambios en sus líneas de carácter nórdico, independientemente de donde se vayan a vender. "Vemos a nuestros clientes como a un grupo de amigos que comparten una mentalidad urbana. Son culturalmente despiertos, interesados en las artes y el diseño. Y creemos que esa mentalidad existe en Madrid, en Tokio, Shanghái... así que la colección siempre es la misma. Por supuesto no tenemos muchos abrigos en Singapur, pero no diseñamos nada específico".

Tampoco van con ellos las mediáticas alianzas que firma su casa madre —con un precio medio bastante inferior— junto a diseñadores de renombre o marcas de alta costura, como la última colección de Balmain para H&M o la recientemente anunciada de la marca sueca con Kenzo. "Ellos lo hacen muy bien, pero no creo que sea para nosotros", matiza. Lo suyo es colaborar, por ejemplo, con el arquitecto japonés Sou Fujimoto, con quien trabajaron en su instalación Bosque de luz en el pasado Salone del Mobile de Milán y que fue el escenario de la presentación de la colección que hoy cuelga en sus tiendas. El año pasado también pusieron a la venta dos mesas creadas en exclusiva junto a la firma de diseño danesa HAY. Con un "nunca digas nunca" por delante, no entra en sus planes hacer una colección específica de ropa deportiva y es imposible que a uno de sus diseños le incluya cristales, "no nos gusta la ornamentación por la ornamentación".

Apenas empieza a notarse el calor, y Anderson ya tiene en su mente las claves de la próxima temporada de invierno. Pistas: variedad de colores, siluetas más voluptuosas, prendas con un punto futurista porque trabajan con tejidos reflectantes y variedad de materiales (que incluye el uso de botellas de plástico recicladas). Teniendo en cuenta que en la pretemporada se encierra, "literalmente", durante una semana con Karin Gustafsson, responsable de las líneas femeninas de COS, para idear una historia común, el diseñador ha lanzado claves tanto para ellos como para ellas.

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Sobre la firma

Elisabet Sans
Responsable del suplemento El Viajero, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en secciones como El País Semanal, el suplemento Revista Sábado y en Gente y Estilo. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Ramón Llull de Barcelona y máster de Periodismo EL PAÍS.

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