Lluvia Rojo, como agua fresca

Acabamos de comenzar a preparar el plato y ya me doy por gratificado: “¡Qué bien que me hagas de pinche”, exclama Lluvia Rojo (Madrid, 1976), mientras yo pienso que, en realidad, el gusto es mío. La tradición manda que, al tiempo que se cocina y se escucha música, hay que beber un poco de vino tinto. Así que, como dos buenos castizos, descorchamos y brindamos con el jazz de Chet Baker como trasfondo en nuestras memorias. Todos conocemos a la Lluvia actriz, sobre todo como Pili, su personaje en la veterana serie de TVE Cuéntame cómo pasó. Hoy vamos a descubrir otra de sus muchas caras. La de la mujer que cocina, traduce, compone, canta y además se implica en diferentes causas.

“¿Qué vamos a preparar?”, le pregunto. Nos hemos citado en Mama Campo, un restaurante y tienda ecológicos en el centro de Madrid, así que intuyo por dónde va su propuesta.

“Vamos a hacer un seitán con una salsa de tomate y aceitunas. Sencillo. Y una guarnición de portobello muy rica con unos panes maravillosos”. “El seitán”, aclara diligente”, “es una proteína vegetal. Está hecha con gluten de trigo y se puede comprar en herbolarios o hacer en casa”.

Empezamos. Lluvia lo hace empeñada en un objetivo: demostrar que este es un plato capaz de emocionar. Que la cocina vegetariana, la suya, puede ser tan suculenta como cualquiera.

“No como carne desde hace 24 años. Toda la vida prácticamente. Como tengo 25…”, explica entre risas. “Empecé cuando estudiaba en el instituto, en Nueva York. Allí la mayoría de mis amigos eran vegetarianos y el tema del animalismo era algo muy habitual”.

–Y cuando regresaste a España, ¿qué tal?

–Lo horroroso de ser vegetariano es tener que estar contestando continuamente a la gente cuando te dicen: “Pero ¿estás bien alimentada?”. Yo no pregunto al que come carne: “¿Cómo tienes tú el colesterol, cuántas grasas trans comes?”. Hay cierta tendencia a pensar que si eres vegetariano te alimentas mal.

Después de 15 años seguidos en televisión, en un programa de éxito en el que además “se trabaja muy bien”, ¿ha llegado la hora del cine? “Pues mira, la verdad es que pronto tengo una reunión para una peli”, revela. “Ya sabes que los proyectos no se pueden contar hasta que no estén firmados, pero a ver qué me ofrecen”.

Más allá de la interpretación, Rojo tiene varias aristas más o menos desconocidas: la primera, la de traductora de inglés y alemán, la carrera que estudió en la universidad. Para la editorial Alfaguara, traslada al castellano novelas juveniles que, cuenta, le inducen a “meterse en la piel de un adolescente”. “Y me encanta, porque la verdad es que tengo el síndrome de Peter Pan muy exagerado”.

No es su única pasión. Con su grupo, No Band For Lluvia, hace “una especie de rock” de aire desenfadado. Aunque “la música va fatal y hace un año y pico que no tocamos. El sector es un desastre en este país”, protesta. “Pero, bueno, nosotros seguimos componiendo”.

Si algo caracteriza la personalidad de Rojo es su implicación en movimientos sociales y en pro de los animales. Si tuviera que elegir una sola causa, se desbordaría ante las muchas injusticias que existen. “Madre mía, ¡hay tantas cosas…!”, se lamenta, para destacar una de sus principales preocupaciones: “El tema de los refugiados, porque es una vergüenza que ­Europa esté actuando como lo está haciendo”. También reclama “que se deje de subvencionar con dinero público todo lo que tenga que ver con los toros. Ya está bien, ¿no?”.

Puesta ante otra elección, esta más amable, se decanta por la trilogía de Antes de…, de Richard Linklater, un director “que usa el cine como un experimento sociológico y psicológico, algo muy interesante”. La pregunta: en qué filme le hubiera gustado ver su nombre impreso sobre la gran pantalla, esa que tan poco se visita últimamente y a la que ella recomienda vehementemente acudir. Aunque solo sea, como en la mesa, “por compartir un poquito”.

Seitán con salsa de tomate, aceitunas y almendras

11,5 euros por persona