¿Qué condena habría que aplicar a los padres del DJ más joven del mundo?

La historia no es nueva: padres pirados, la mayoría de veces frustrados por su incapacidad por alcanzar sus propias metas, que proyectan en sus retoños su ilusión de estrellato y de acumular sumas de dinero que el principal implicado en la recaudación es incapaz de despilfarrar. Quizás, por eso, Internet está lleno de vídeos ridículos de padres descerebrados grabando a sus criaturas haciendo cosas impropias para su edad. El último caso el de este bebé de seis meses pasándose el modo historia de Street Fighter V.

Pero lo que normalmente se queda en unos cuantos likes y en la noticia anecdótica del día, hay veces que se convierte en viral, y en ese punto, las consecuencias pueden agravarse fácilmente, especialmente cuando el sujeto crece y toma consciencia de su periplo por esa edad destinada en principio a la inocencia y al recreo infinito. La historia está llena de talentos precoces que se han convertido en un juguete roto en la edad adulta. El caso de Oratile Hlongwane (también conocido como DJ Arch Jnr) presenta las características para terminar siendo uno de estos.

Su comienzo en South Africa Got Talent

En noviembre del pasado año, el niño que centra esta pieza se convirtió en el ganador más joven de la historia del programa South Africa Got Talent, hazaña por la que se embolsó 25.000 libras. El chaval conquistó el corazón de público y jurado por su desparpajo tras los platos más que por su depurada técnica o su privilegiado oído. Tras anunciarse el veredicto el más orgulloso y eufórico de la sala era un padre que se había empeñado en enseñar a su hijo cómo manejar los faders y botones, y en subir a la red esos vídeos que acabarían reportándole atención y la posterior estancia en el programa de televisión descubre talentos.

No tardaron en llegar las primeras críticas acusando a los padres de explotación, e incluso insinuaciones de plagio después de que durante la gala final se señalara que los platos no estaban conectados con el ordenador, algo que su padre justificó rápidamente. Aún estando en lo cierto, ver a su hijo en acción crea cierta desazón, la que promueve ver una criatura comportándose, o tratando de comportarse, como un adulto.

Pinchando en un festival de figuras míticas del house

Lo disparatado del asunto tiene visos de alargarse. El siguiente capítulo (que no el último) aconteció el pasado 27 de febrero en el Festival Back to the Old Skool, cuando DJ Arch fue llamado a subirse al escenario de la cita house de Johannesburgo como reclamo de un cartel compuesto por DJ's contrastados, y con años de ventaja respecto al pequeño, como Roger Sanchez, Todd Terry, David Morales, o figuras locales como Black Coffee o DJ Christos (esperemos al menos que no compartiera backstage con sus compañeros).

Mientras que su popularidad va en ascenso en paralelo a la desvergüenza de sus padres –solo hace falta darse una vuelta por su página de Facebook  para abastecerse de combustible para la enervación – el niño obligado a jugar como un adulto ya prepara varios bolos por su zona de origen para regocijo de sus progenitores. Seguro que volveremos a tener noticias suyas, quién sabe si algún promotor local le ve la gracia a una infancia anómala.