Hágalo usted mismo

En un tiempo en el que hemos perdido la relación afectiva con nuestros objetos, en un mundo en el que muchos desconocemos el número de nuestras pertenencias, los diseñadores tienden cada vez más a reivindicar la huella del creador. Por eso esta época de indiscutible desarrollo tecnológico coincide con un resurgir de la artesanía y del bricolaje doméstico. El sociólogo Richard Sennett escribió sobre la satisfacción del trabajo manual. El hágalo usted mismo del siglo pasado se ha convertido hoy en una reivindicación del Homo faber.

Póngase a prueba como artesano. Construya en minutos y con muy pocos medios los diseños ideados por muchos de los más rompedores creadores del mundo. La editorial Phaidon ha reunido en un volumen que lleva por título, precisamente, Hágalo usted mismo, las instrucciones, las referencias, las ideas y hasta las plantillas para poder construir 50 lámparas, sillas, percheros o estanterías que artistas y diseñadores de fama mundial han pensado para sus lectores. Como sucedió en el origen del diseño industrial, todos estos objetos se pueden hacer en muy pocas horas, con un gasto prácticamente nulo y con bastante facilidad. Algunos de los muebles exprimen el ingenio y otros el lado más poético de un diseño.

Sin embargo, más allá de celebrar con entusiasmo la creatividad oculta en los consumidores, la pregunta que un libro así deja sobre la mesa es ¿por qué las piezas de mobiliario que firman Konstantin Grcic, Ross Lovegrove, Patricia Urquiola o Martino Gamper –todos presentes en el libro– resultan tan caras cuando ellos mismos son capaces de diseñar a partir de pocos medios, facilidad de montaje y escasez de presupuesto? Este libro es una gran idea que, además de compartir conocimiento con los lectores, abre la caja de Pandora del diseño más glamuroso.

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Hágalo usted mismo, de Thomas Bärnthaler (Phaidon, 2015).