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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Walter Gropius okupa

Anatxu Zabalbeascoa

La labor de un profesor se juzga por la competencia, independencia y brillo de los alumnos que ha tenido. También por su capacidad para manejarse en los tiempos difíciles. Recién terminada la Primera Guerra Mundial, el principal trabajo del director de la mítica Bauhaus, Walter Gropius, consistió en mantener las clases calientes y los alumnos alimentados. Cada estudiante debía comer caliente al menos una vez al día. Para conseguirlo, lo primero que hizo Gropius fue dirigirse a los ciudadanos de Weimar, donde se acababa de fundar la escuela. Les pidió ayuda. Organizó un sistema de “free tables” (mesas gratis pero también mesas libres) para dar de comer a sus alumnos. También se preocupó de que tuvieran ropa de abrigo. En su magnífico libro Bauhaus Archiv (Taschen) Magdalena Droste cuenta que incluso se preocupó de los pequeños regalos de cumpleaños. Puede parecer poco, pero lo era todo cuando no había nada.

En 1919, el año en que se fundó la escuela, la cocina de la Bauhaus alimentaba a 200 personas. Finalizada la guerra, los estudiantes, hambrientos, querían tomar el hospital militar para usar su cafetería como cantina. Por eso en 1920 Gropius pidió permiso al ayuntamiento de la Weimar para sembrar un huerto en un solar vacío. Pretendía “okupar” el terreno y que alumnos y profesores cultivaran las verduras que luego consumirían. Así se hizo. Todos, estudiantes y profesores, trabajaron durante los años en que la escuela permaneció abierta en Weimar en un solar convertido en campo de cultivo. No fue una broma. Ni siquiera una pequeña lección de horticultura. En el huerto okupa de la Bauhaus crecieron dos toneladas y media de trigo, ocho toneladas de patatas, 400 kilos de guisantes, 500 de judías verdes, 100 de lentejas, una tonelada de cebollas, otra de zanahorias y remolachas, una más de coles, 500 kilos de tomates, 2.000 kilos de pepinos (estamos en Alemania) y miles de lechugas y espinacas. Para el postre, el campo estaba rodeado de árboles frutales. Lo cuenta el minucioso catálogo–sin duda lo mejor- de la muestra the bauhaus ≠itsalldesign que puede verse en el Vitra Design Museum hasta el próximo 14 de febrero, y que luego viajará al Bundeskunsthalle de Munich.

Lo extraordinario de las exposiciones y los libros que indagan de nuevo sobre un tema manido, estudiado y analizado es cuando actualizan la mirada. Y observan lo estudiado desde los ojos del mundo actual. Quien crea que ocupar un solar para plantar coles es una ocurrencia hippy no tiene, sin duda, madera alguna de profesor.

En el jardín de su casa americana en Massachusetts con su segunda mujer Ise Gropius.

Comentarios

La Bundeskunsthalle está en Bonn y, algunas veces (solo algunas) colabora con la Haus der Kunst de Múnich, como sucederá en este caso.
Lo de "okupa" con K te ha quedado muy podemita y muy Taschen a la par, pero si pidieron permiso y se lo concedieron no es "okupación", la chusma okupa de España nada tiene que ver con los estudiantes de la Bauhaus, no confundan…Arquitectonicamente lo más interesante es que la cantina se situaba en el proscenio del teatro de la Bauhaus, teatro y comida todo en uno…
A ver cuándo cojones traducen y publican el gran libro de la Bauhaus; "Bauhaus conceptual Model" en este puto país
Interesante artículo, un nuevo enfoque en la época

Babelia

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