Vida que viene del mar
El incremento en el número de cámaras frías y la compra de camiones adecuados ha permitido pasar de 19 a 36 toneladas diarias de pescado repartidas a los puntos de distribución o pescaderías
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1Un proyecto de la AECID contribuye a luchar contra la inseguridad alimentaria llevando el pescado hasta la población más vulnerable del interior de Mauritania. El incremento en el número de cámaras frías y la compra de camiones adecuados ha permitido pasar de 19 a 36 toneladas diarias de pescado repartidas a los puntos de distribución o pescaderías. Musa, pescadero en el barrio de Toujounine a las afueras de Nuakchot, separa el género congelado que repartirá esa mañana en el marco de este programa. Gabriel Pecot -
2Selma Mint Bilal (segunda por la derecha) espera su turno para recoger los dos kilos de pescado que, como máximo, le corresponden por día como beneficiaria del programa de mejora del acceso al consumo de pescado como refuerzo a la seguridad alimentaria. Gabriel Pecot -
3Selma Mint Bilal, de 32 años, sostiene el número que indica su turno para recoger su ración de pescado como beneficiaria del programa de mejora del acceso al consumo de pescado como refuerzo a la seguridad alimentaria. Cada mañana, de lunes a viernes, se levanta al alba para asegurarse un buen lugar en el reparto. Gabriel Pecot -
4Fatima Youd, de 26 años (a la derecha), pesa el género que se repartirá como parte del programa de refuerzo a la seguridad alimentaria. Gabriel Pecot -
5El proyecto tiene alcance nacional y llega a localidades que se encuentran a más de 600 kilómetros de la costa. Sin la dotación de camiones frigoríficos la población en el interior no podría recibir pescado en condiciones adecuadas. Gabriel Pecot -
6Mauritania tiene uno de los caladeros más abundantes del mundo, pero se daba la paradoja de que su población no tenía asegurado el acceso al pescado. Con el fin de mejorar la seguridad alimentaria, la cooperación española y el Gobierno mauritano pusieron en marcha un programa para repartirlo. Gabriel Pecot -
7Selma Mint Bilal cocina el pescado que adquirió por la mañana y que será el plato fuerte del día de su familia. "Los domingos son un mal día porque no hay género", afirma. Gabriel Pecot -
8Dos de los hijos de Selma Mint Bilal almuerzan el pescado que preparó su madre. Hoy forma parte indispensable de su dieta. Gabriel Pecot -
9Los hijos de Selma, beneficiaria del programa de mejora de la seguridad alimentaria, comparten el plato de pescado que acompañan con un poco de pan. Gabriel Pecot -
10Escena de la descarga manual del género en el puerto artesanal de Nuakchot. El pescado del programa procede de capturas comerciales a gran escala. Mauritania tiene uno de los caladeros más importantes del mundo, pero también se faena aún a mano. Gabriel Pecot -
11Un par de pescadores afirman el ancla de un cayuco durante la descarga manual de pescado en el puerto artesanal de Nuakchot. Gabriel Pecot -
12Un grupo de porteadores descarga un camión de pescado del programa de seguridad alimentaria, en una cámara frigorífica privada situada en la zona industrial del antiguo puerto de Nuakchot (Warf). Una vez a la semana se recibe el suministro para las pescaderías desde el puerto de Nuadibu. Gabriel Pecot