15 fotosEl agua que nos manchaSe cumple un año del vertido del Oleoducto Norperuano que afecta la vida de la comunidad indígena de CuninicoAntonio López DíazLima - 07 dic 2015 - 10:22CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlacePara los habitantes de las comunidades del Marañón, en la época de lluvias caminar dentro del rio es tan normal como para cualquier otra persona hacerlo por una acera.Antonio López DíazLa vida en Cuninico depende para todo del agua del rio Marañón y es un drama para la población que esté contaminada.Antonio López DíazLos cubos están por todos lados, se hacen indispensables para acarrear agua para todas las tareas domésticas.Antonio López DíazTrabajadores de Petroperú intentan impedir el paso al observador medioambiental de ACODECOSPAT y al apu de Cuninico, que quieren verificar si la zona del vertido está totalmente limpia.Antonio López DíazTapones extendidos en el canal por la empresa Lamor para intentar acotar el vertido.Antonio López DíazAún son evidentes los restos de petróleo en la zona del vertido a pesar de que la empresa ha dado por concluidas las tareas de limpieza.Antonio López DíazRomel Cardoso fue despedido de las tareas de limpieza porque le sorprendieron tomando fotos con su teléfono. Cuenta cómo lavaban el crudo con agua a presión que posteriormente tiraban al río y cómo utilizaban químicos para hundir el crudo y que la superficie pareciera limpia.Antonio López DíazWiston Mozombite Tuanama. Casi todas las personas que trabajaron en la limpieza del vertido sufren hoy algún tipo de problema de salud.Antonio López DíazOdilio Perez, trabajador enfermo “Ahí nos metíamos todo el cuerpo y salíamos bien negritos, sin protección, sin camisa… Siento una dolencia en los huesos que ya no me calma, de día y de noche, me da fiebre, me da malestar, dolor de cabeza. Si tomo cualquier medicina me brota la alergia y me quita la respiración. Me pusieron ampollas y calmantes pero no me han hecho ningún análisis que diagnostique que puede ser”.Antonio López DíazEn algunas de las casas de Cuninico no pueden permitirse el lujo de tener un generador eléctrico. Las linternas y las velas son su única fuente de luz cuando cae la noche.Antonio López DíazEn la comunidad conviven los hogares en los que el fuego y las velas son la única fuente de energía, con los que han convertido en una prioridad una enorme televisión de plasma y un ruidoso equipo de música.Antonio López DíazTras regresar al poblado sin capturas, dos pescadores guardan el hielo para otra ocasión. Los peces han desaparecido de Cuninico tras el vertido y los pocos que quedan están contaminados.Antonio López DíazLas casas de Cuninico carecen de lujos. Para los Kukama el lujo es el entorno donde habitan y los lazos que les unen al rio y a la selva. Tras el vertido, su mayor preocupación es conseguir el sustento de sus hijos para no tener que abandonar su tierra.Antonio López DíazAnder Ordoñez es monitor medioambiental de ACODECOSPAT y se encarga de revisar personalmente la situación del vertido y los trabajos de las petroleras en la selva. Después de la cena descansa tras una dura jornada visitando el vertido de Cuninico.Antonio López DíazAlfonso López Tejada es Kukama y presidente de ACODECOSPAT (Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca) una organización regional que lucha por el respeto a la vida, el medio ambiente y la preservación de la cultura Kukama– Iquitos.Antonio López Díaz