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La cooperación española se compromete con los niños

Unicef, ONG y Gobierno presentan la Estrategia de Infancia, un documento que guiará los programas financiados con ayuda oficial al desarrollo hacia la mejora de la vida de los más pequeños

Alejandra Agudo
Pirozzi (Unicef)

Cada 11 minutos muere un niño en el mundo. Son más de 17.000 al día; 6,3 millones al año. "La mayoría por causas prevenibles", ha recordado Carmelo Angulo, presidente de Unicef España durante la presentación este martes de la Estrategia de Infancia de la Cooperación Española. El documento de 76 páginas deberá guiar la acción de los actores de la ayuda al desarrollo (técnicos de las agencias, ONGD, universidades, empresas…) para que cualquier intervención en otros países tengan en cuenta el respeto de los derechos de los niños. Y prevenir muertes, mejorar su salud, fomentar su educación.

El texto, que está aprobado desde hace un año, pero que la Secretaría General de Cooperación, las ONG y Unicef han dado a conocer inexplicablemente ahora, establece un marco de acción "para que la infancia sea una prioridad horizontal y trasversal en la cooperación", ha indicado Angulo. Esto significa, según el máximo responsable de Unicef, que cualquier proyecto debe "pasar el filtro del interés del niño. Porque la construcción de una carretera o la legislación medioambiental pueden afectar negativa o positivamente a la salud o al acceso a la escuela de los críos de una comunidad". Por su parte, las organizaciones que ya trabajan en programas para la infancia, especializadas en sus necesidades, deben cambiar el enfoque. "Orientar su labor hacia la consecución de los derechos y no solo prestar ayuda asistencial. La visión paternalista ya está superada", ha añadido. Se trata, en definitiva, de dar un paso más en el cumplimento de la Convención de los Derechos del Niño de 1989, ratificada por España, y garantizar sus 54 artículos no solo dentro de las fronteras, sino también fuera de ellas.

La existencia de esta estrategia supone, además de una herramienta para elaborar proyectos de cooperación teniendo en cuenta a los niños, un mandato para la vigilancia y futura medición del impacto de la ayuda oficial al desarrollo en la infancia en el mundo. Así, en el capítulo cinco, se prevé "elaborar metas específicas de cumplimiento y darles seguimiento". "La estrategia en su conjunto podrá ser objeto de evaluación una vez hayan transcurrido al menos dos años desde su aprobación", continúa el capítulo seis.

A falta de un año más para que llegue ese momento, las organizaciones especializadas no parten de cero. Un informe del 2011 del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), citado en la Estrategia, puso de manifiesto que el 40% de la ayuda española al desarrollo en 2005, 2007 y 2009 tuvo incidencia directa o indirecta en la infancia y su bienestar. "Es evidente, por tanto, que se ha venido prestando atención a la infancia en términos cuantitativos y se hace necesario asegurar la eficacia de los recursos a ella destinados", indican los autores del documento, dirigido y coordinado por el secretario general de cooperación, Gonzalo Robles, y Marta Pedrajas.

"Este librito no solo tiene mucho trabajo detrás, sino que es una guía para ser más eficientes", ha indicado Robles, estrategia en mano. Muy necesario, ha añadido, en "tiempos de dificultades". Se refería así a los drásticos recortes que ha sufrido la cooperación desde que empezó la crisis. Año tras año, la tijera no ha perdonado a esta política internacional que ha caído un 70%. Un punto que ha querido destacar Angulo al insistir en que para que la Estrategia de Infancia y la cooperación en general funcionen, tienen que estar dotadas de mayores recursos. "Es el momento de recuperar recursos y volver a realizar un esfuerzo de cooperación en origen. Lo estamos viendo con la crisis de refugiados. Y en lugares estratégicos, que ahora son África del Norte, Oriente Medio y algunos países de Asia. La urgencia y la emergencia está en esas zonas pues son el foco de conflictos y tensiones que están desplazando a miles de personas", ha opinado el presidente de Unicef España. "Según mi experiencia, la gente no se va de su hogar si sus hijos están bien, aunque los padres lo estén pasando mal. Es cuando los pequeños no tienen oportunidades ni futuro cuando se emprende una huida como la que estamos presenciando", ha detallado. 

La estrategia española para evitar este y otros dramas —como la desnutrición, el analfabetismo o la malaria— a los más pequeños del mundo ha arrancado con el consenso (poco habitual durante la legislatura respecto de esta y otras políticas) entre las organizaciones —Acción contra el Hambre, Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas, Plan Internacional, Plataforma de Organizaciones de Infancia, Proyecto Solidario, Save the Children, UNICEF Comité Español y World Vision— y el Gobierno. El acuerdo se ha conseguido gracias a que el texto ha sido elaborado durante tres años con la participación y contribución de todos ellos. "Hemos contado con todas las entidades y personas que tenían algo que aportar", ha señalado Adolfo Lacuesta, vicepresidente de la Plataforma de Infancia, una coalición de 55 organizaciones sociales, unidas para el seguimiento del respeto de la Convención de los Derechos del Niño. A partir de ahora, solo queda esperar que los buenos propósitos sean implementados sobre el terreno.

Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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