_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Exhibición china

Desde la libertad de expresión a la libre circulación pasando por el derecho a juicios con garantías, a China le queda aún un largo camino

Soldados chinos desfilan por la plaza de Tiananmen, en Pekín. S
Soldados chinos desfilan por la plaza de Tiananmen, en Pekín. SKevin Frayer (Getty Images)

El gigantesco desfile militar con el que Pekín ha celebrado el 70º aniversario del final de la II Guerra Mundial dice mucho más del futuro de China que del pasado que en teoría se estaba conmemorando. La participación de miles de soldados con todo tipo de armamento de última generación —incluyendo misiles balísticos intercontinentales, aviones fantasma y dispositivos capaces de destruir portaviones— es una demostración de fuerza dirigida tanto a sus vecinos, con los que mantiene numerosos litigios territoriales, como a Estados Unidos.

Editoriales anteriores

Pekín está decidida a disputar con los estadounidenses la supremacía en el sudeste asiático y probablemente en otras partes del mundo. La presencia de buques de guerra chinos frente a las costas de Alaska y Sudán mientras los soldados marchaban por la Plaza de Tiannamen constituyen toda una declaración de intenciones, pese a que el presidente, Xi Jiping, aseguraba que ama la paz y que no busca la expansión. No puede sorprender el escepticismo con que han sido recibidas estas palabras en Vietnam, India, Filipinas y Japón. Por no mencionar en Taiwan y entre los representantes de Tíbet en el exilio.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Es necesario no confundirse. La reducción de 300.000 efectivos del Ejército anunciada por el mandatario no supone una disminución del potencial militar chino —que lleva 20 años incrementado su gasto militar en cifras de dos dígitos— sino una modernización.

El incuestionable éxito económico chino y su gran influencia en los mercados mundiales no puede servir de cortina de humo que oculte el reverso de un régimen que figura en todos los informes de organismos internacionales como responsable de graves violaciones de los derechos humanos. Desde la libertad de expresión a la libre circulación pasando por el derecho a juicios con garantías a China le queda aún un largo camino.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_