El lado humano de Penélope
"Gracias, Penélope, por hablarme de sus dudas, sus miedos y sus sorpresas"
Carta de la semana: El lado humano de Penélope
Este septiembre se cumplen siete años del encuentro entre Elvira Lindo y Penélope Cruz, publicado en estas mismas páginas. Allí conocí a una acorazada Penélope que se reafirmaba hablando seriamente sobre su trabajo y de la cual no pude atisbar valores o inquietudes, salvo su elegancia y sensualidad. Leyendo la entrevista del pasado 23 de agosto en esta misma revista, ahora me siento más cerca de esa actriz que tanto admiro. Gracias, Penélope, por hablarme de sus dudas, sus miedos y sus sorpresas, y no solo de trabajo. Seguiré sus proyectos con más ímpetu.
Raquel Errazkin. San Sebastián
Penélope y sus obras
En la entrevista a Penélope Cruz en El País Semanal del pasado 23 de agosto, la autora afirma que la actriz y su marido, Javier Bardem, no habían coincido en una película desde Jamón jamón (1992), de Bigas Lunas, con excepción de El consejero (2013), de Ridley Scott, en la cual no compartían ningún plano. Error. En 2008 rodaron la famosa Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, en la que volvieron a reencontrarse y se enamoraron, y por la que Penélope Cruz ganó el Oscar a mejor interpretación de reparto.
Caterina Diaz Villalba. Vilanova i la Geltru (Barcelona)
Gráficos
Veo la fotografía elegida por Juan José Millás en la sección La Imagen del 23 de agosto: Mariano Rajoy señala con su dedo presidencial lo fenomenal que nos va la vida según un gráfico en rojo y verde, y leo con detenimiento el texto bajo la misma. No tiene desperdicio. “¿Y si hubiera cogido el papel al revés?”, reflexiona con ironía el escritor. Todo esto me hace recordar al gran Groucho Marx y una de sus muchas frases geniales: “¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?”.
Ángel Roba. Logroño
¿Y cómo somos?
El manido argumento de “yo soy así” después de una ofensa o un acto de mala educación debería ser respondido con un abucheo. Pero como muchos somos de trato fácil, expongamos, con buenas maneras, argumentos como los que nos ofrece el artículo de Patricia Ramírez Las puertas que abre ser alguien de trato fácil en la sección de Psicología. Y es que “cada uno es como es” solo a grandes rasgos; somos un esbozo, un diamante en bruto, y a lo largo de nuestra vida deberíamos avanzar: queremos ser más listos, más guapos, pero todo iría mejor si nos esforzásemos por ser mejores, más tolerantes y de talante alegre. No es demasiado pedir un “buenos días”, escuchar y regalar una sonrisa de vez en cuando. Hay personas reacias a estos cambios, individuos tóxicos que ensombrecen nuestra vida como una nube negra en un día de verano.
Julia Navas. Gijón
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