El gen del divorcio y la pobreza de Marbella

Ya se sabe que a las estadísticas se les puede hacer decir cualquier cosa. Y también que a veces no reflejan fielmente la realidad. Todo depende de los datos que se utilicen y de los escrúpulos morales de quienes las interpretan. En cierta ocasión llegó a los periódicos una nota de prensa cuyo título era Descubierto el gen del divorcio. En realidad era un gen bastante anodino cuyo único interés era que estaba situado en una región del ADN cuya alteración parecía estar vinculada con cierta inestabilidad emocional. Con tanta imprecisión mal podía venderse la noticia, de modo que a alguien se le ocurrió echar mano de las estadísticas. Y como la inestabilidad emocional es una de las causas más frecuentes de ruptura afectiva, ese alguien casó el gen en cuestión con la estadística de divorcios y engendró un titular aberrante.

Pero las estadísticas, incluso siendo ciertas y estando bien hechas, como es el caso, también pueden ocultar realidades que están a la vista de todos. Algo de eso puede estar ocurriendo con el informe Urban Audit de 2015 que acaba de publicarse. Se trata de un proyecto europeo coordinado por Eurostat en el que se miden diferentes parámetros de 109 ciudades españolas, entre ellos la renta media de los hogares y la tasa de paro. Parece coherente que los municipios de Pozuelo de Alarcón, Las Rozas y Majadahonda, los tres situados en las proximidades de Madrid, figuren al mismo tiempo como los que tienen mayor renta media declarada —entre 44.000 y 54.000 euros anuales— y los que presentan menor tasa de paro —entre 11,5% y el 9,4%—. Pero en el extremo opuesto de la estadística, los datos no acaban de cuadrar. Los tres municipios con más paro —Sanlúcar de Barrameda, La Línea y Algeciras, todos ellos en Cádiz— no son los tres que tienen menos renta, sino otros en los que, a priori, podríamos pensar que el dinero corre a raudales: Torrevieja, Elche y Fuengirola, cuyos hogares declaran unos ingresos inferiores a 13.000 euros al año.

Resulta muy chocante que entre las 15 ciudades cuyos hogares presentan un nivel más bajo de ingresos figuren algunas de las que aparecen con mayor frecuencia en las revistas del corazón como residencia o destino de famosos y millonarios. Además de las citadas, ahí están grandes mecas del turismo de lujo, como Marbella o Torremolinos, y rutilantes núcleos turísticos de la costa alicantina, como la gran Benidorm, que por algo es conocida como la “Nueva York del Mediterráneo”. Benidorm figura además, después de Barcelona y Madrid, como la ciudad con más pernoctaciones turísticas. Tanto rascacielos y tanta actividad turística, ¿no dan para más?

O no es oro todo lo que reluce, o el oro está ahí, pero a buen recaudo y, sobre todo, lejos del radar de Hacienda, con cuyos datos se elabora esta estadística. ¿Será por la economía sumergida? Sea por lo que sea, lo que está claro es que el titular: Marbella, entre las ciudades más pobres de España, aunque estadísticamente cierto, resulta tan falaz como el del gen del divorcio. Solo hay que pasearse por Puerto Banús.