“Emprender es apasionante, pero supone un enorme sacrificio”
Una 'asesora de talento' explica el cambio de mentalidad impulsado por los 'millennials'
Marta Díaz Barrera (Madrid, 1972), fundadora y directora de Talentoscopio, no es exactamente lo que se llama una cazatalentos clásica. Ella prefiere emplear el término “asesora de talento”, para definir a los que entienden el ecosistema de las empresas emergentes, saben cuáles son sus necesidades y las ayudan a seleccionar los mejores perfiles para que se incorporen en su proyecto. “El miedo al fracaso ha dominado la mentalidad en España”, afirma para después matizar que, "gracias a los millennials esto está cambiando".
Pregunta. ¿Cómo se detecta el talento?
El talento es la capacidad y habilidad de producir resultados extraordinarios de forma sostenida en el tiempo y el compromiso de devolver parte de lo aprendido a la sociedad. Todo el mundo tiene talento, y hay muchos ámbitos en el que se manifiesta, pero únicamente hablando con las personas, tomando un café o durante una conversación por Skype, es como se detecta parte del potencial de una persona. Esto no puede apreciarse en el currículum.
Respuesta. ¿Los empresarios valoran más el talento o el currículo?
En los últimos veinte años se valoraba más el currículum. Ahora mismo lo que más se valora, aparte de los conocimientos técnicos, son la actitud y las competencias digitales. Por otro lado, los empresarios y los empleadores deben ser capaces con su liderazgo, de cubrir las expectativas de todas las personas de su equipo, de motivarles y retener el talento.
P. ¿La escuela es capaz de atraer y promover el talento?
Sigue habiendo una brecha muy importante entre lo que está demandando el mercado y los jóvenes que salen de los centros de formación, las escuelas y las universidades. Big data, inteligencia artificial, robótica y demás materias técnicas no se enseñan todavía en todos los centros. El mercado ha cambiado mucho las expectativas de empresas y clientes y las necesidades han evolucionado y se han transformado. Al sistema educativo en general le cuesta ponerse al día e ir al mismo ritmo que las empresas.
R. ¿Es mejor que la escuela promocione el talento o que evite que alguien se quede atrás?
Es muy importante que el talento y los títulos vayan unidos. Por supuesto hay que premiar a las personas que más se esfuerzan, y el expediente académico sigue siendo importante. A mis alumnos suelo decirles que la innovación no puede existir sin talento, pero el talento solo, no es suficiente para innovar.
P. Muchos jóvenes emprendedores empezaron a trabajar antes de terminar los estudios. ¿Se trata de personas que van por libre o de chicos decepcionados con el sistema escolar?
R. Hay dos tipos de emprendedores. Los que llevan el emprendimiento en el ADN, lo viven con pasión todas las horas del día desde que se levantan hasta que se acuestan, personas que están creando hábitos de consumo distintos y cambiando paradigmas. Hay otras personas que emprenden por la situación económica que hemos vivido en España, como una "huida hacia delante", porque en general no ven otro camino. Esto es un arma de doble filo porque parece que solo vemos los casos de éxito. Hay que valorar si una persona tiene las competencias adecuadas para lanzarse, porque emprender supone un sacrifico enorme, una gran capacidad de esfuerzo y de compromiso en la que tienes que crearte una coraza para todas las veces que escucharás un “no”. Muchos jóvenes todavía no son conscientes de ello.
P. ¿En España hay una mentalidad adecuada para el emprendimiento?
R. Históricamente, en España ha habido una mentalidad de gran miedo al fracaso. En la actualidad, gracias a los millennials, esto está cambiando, aunque sigue persistiendo la diferencia con países anglosajones. Ahí es donde se premia el fracaso y de hecho se buscan emprendedores que hayan fracasado, porque están convencidos de que las personas maduran y aprenden así cómo salir adelante. Afortunadamente, en España estamos empezando a cambiar de mentalidad y nuestra mente es mucho más aperturista en todos los aspectos.
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