_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Radicales

Es significativo que el PP utilice el término ‘radical’ como un arma total, ofensiva y defensiva a la vez

Almudena Grandes

 En tiempos corrompidos, el significado de las palabras se pervierte. En el diccionario de la RAE, las dos primeras acepciones del adjetivo radical son muy nobles, puesto que lo asocian con la pureza, la raíz de las cosas, es decir, con los aspectos fundamentales del nombre al que califica. Un poco más abajo, aparece una asociación interesante con otro adjetivo, intransigente. Manuel Azaña, tan citado y alabado por José María Aznar no hace tanto, lo usaba a menudo en sus discursos. En tiempos convulsos, azotados por la corrupción y la incertidumbre, Azaña preconizaba las virtudes de la intransigencia contra los males crónicos de la política española, el saqueo de las arcas públicas, las redes clientelares que permitían los fraudes electorales continuados, la alternancia bipartidista que sostenía un simulacro de democracia que parecía destinado a eternizarse. Es significativo que, ahora mismo, el PP utilice el término radical como un arma total, ofensiva y defensiva a la vez. Por una parte, sus dirigentes lo usan para autoadjudicarse el papel de campeones del sistema democrático que ellos mismos han ido minando. Por otra, lo esgrimen para demonizar a las plataformas que representan a una ciudadanía que ha reaccionado por puro hartazgo, de escándalo en escándalo, para promover la regeneración del Estado. En tiempos corrompidos, hay que tener cuidado con el significado de las palabras porque, al situarse en solitario frente a los defensores de una interpretación radical de la democracia, Rajoy corre el riesgo de que asumamos literalmente su discurso. Así, se consagraría como el gran enemigo de la esencia de la democracia, en el abanderado de quienes transigen con la corrupción de las instituciones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_