Disfunción democrática
Tras las elecciones municipales se procederá a la formación de las Diputaciones provinciales, ancladas en el siglo XIX pero que manejan unos presupuestos cuantiosos, parte de ellos asignados de forma clientelar y discrecional. El sistema por el que son elegidos sus diputados está más cercano al compadreo político que al sufragio ciudadano y, aunque la Constitución las ampara, su déficit democrático resulta insostenible. Y a ello hay que sumar sus empresas conexas más toda laya de “asesores” y “gerentes”: los amiguetes. Como pasado el 24 de mayo se volverá a perpetuar esta disfunción democrática los partidos, al menos los regeneradores, deberían decir algo al respecto. Esperemos.— Joan V. Llàcer Mont.
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