A punta de Gobierno
La austeridad la uníamos siempre a lo sobrio, a lo sencillo, al comportamiento sin alardes, a personas de depurada honradez. La austeridad era, y es, una noble virtud cuando se ejerce voluntariamente. Pero cuando a punta de Gobierno te obligan a retirarte del mercado laboral, a reducir en un tercio tus ingresos o a penar en los servicios públicos mientras en el Ibex se multiplican las algarabías millonarias, entonces ya no practicas la austeridad, es otra cosa: estás sometido y cercado, a la espera de que dobles la rodilla y pases por el aro. Todo, a punta de BOE, no de tu libre albedrío.— Jaime de Nepas.
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