Otra vez el ‘Prestige’
La decisión de llevar mar adentro el pesquero ruso incendiado se ha revelado, como en el caso del Prestige,un error propio de políticos ciegos ante la realidad del planeta. El Gobierno permanece mudo esta vez: su alta responsabilidad parece impedirle compartir de nuevo con nosotros sus opiniones científicas. Varar el barco ante una playa accesible en la cual se pudiera bombear la práctica totalidad del fuel de las bodegas, y limpiar después el trozo de costa afectado hubiera sido, una vez más, la solución correcta y de menor impacto ambiental. Ahora el barco se encuentra a más de 2.000 metros de profundidad y seguirá vertiendo su contaminante contenido durante mucho tiempo. ¡Ah!, pero no importa, el viento envía la mancha, ya muy extensa, lejos de nuestras miradas, aunque en el mismo océano.
Políticos, periodistas, buena parte de la opinión pública, todos parecen aliviados, aunque expresen preocupación. Ya tenemos un robot revoloteando por el lugar del naufragio y nos vamos preparando para gastar una fortuna en un rescate de resultado incierto. En Galicia, mientras el barco se alejaba, todos se sintieron también inicialmente felices, si bien en ese caso los vientos y las corrientes no fueron al final los deseados. ¿Cuándo aprenderemos que solo tenemos un mundo y que el medio ambiente no entiende de fronteras? Pobre océano, pobre planeta…— Javier de Mendoza.
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