Otra reforma laboral
Draghi y Blanchard piden a España un nuevo giro económico para reducir el paro estructural
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, acaban de cruzar algunas advertencias sobre la economía española que el Gobierno se resiste a aceptar. Draghi explicó algo meridiano, aunque molesto para los sindicatos y algunos representantes de la patronal: el mercado laboral español es dual, ofrece demasiada protección a un grupo de asalariados y demasiado poca a los más jóvenes. Blanchard recordó, con un símil sencillo, que España “no está curada”, como demuestra una tasa de paro escandalosamente elevada y la evidencia de que tiene un desempleo estructural más elevado que el resto de Europa. Ambas advertencias están relacionadas; es posible suponer que si se acabara con la dualidad del mercado de trabajo se aliviaría el suelo estructural del paro.
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Lo que se deduce del diagnóstico del presidente del BCE es una defensa contundente del contrato único y una simplificación de las variedades de contratación parcial y temporal que disfrazan la falta de empleo. El contrato único acabaría con la dualidad laboral (a partir, claro está, de las nuevas contrataciones) por el procedimiento de establecer un modelo único con costes de despido crecientes en función del tiempo trabajado hasta un tope máximo negociable. Los agentes sociales recelan del sistema (o sencillamente lo rechazan) bien porque acabaría con las ventajas y deducción actuales, bien porque favorecería despidos tempranos antes de alcanzar el tope de indemnización.
No es posible mantener un sistema laboral que frustra las esperanzas de los jóvenes y favorece que el parado no encuentre empleo. El problema no es sólo de contratación; nace de la falta de puestos de trabajo estable, protegidos por una elevada productividad. Para corregir esa situación es necesario, como se ha pedido en muchas ocasiones, estimular la demanda y modificar poco a poco el patrón de crecimiento. Pero, además, España necesita hoy un gran acuerdo social que permita plantear el marco negociado de una reforma laboral como la que pide Draghi —que no es utópica ni regresiva— y encauzar por fin una recuperación de los salarios. Blanchard considera que los ajustes de rentas fueron necesarios al principio de la crisis, pero que ha llegado el momento del viraje. Efectivamente, habrá que recordarlo una vez más: la recuperación no puede sostenerse sobre salarios ínfimos.
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