El futuro y las ciudades

Carta de la semana: El futuro y las ciudades

Dice la ONU que la urbanización de la población mundial es un proceso imparable, ahora mismo el 51% de la humanidad vive en ciudades de más de 100.000 habitantes. Y advierte de que la calidad de vida, e incluso la supervivencia, de todos estará condicionada por nuestra capacidad para conocer y controlar la relación de las urbes con su medio ambiente. Aunque Deyan Sudjic (El País Semanal, 1-3-2015) ve en esa turbulencia oportunidades para el crecimiento, no podemos olvidar que la ciudad mercantilizada ha incentivado una forma de vida muy exigente en recursos y pródiga en generación de residuos; hasta ahora ha sido consumidora insaciable, pero estará muy limitada en el futuro.

Luis Fernando Crespo Zorita. Alcalá de Henares (Madrid)

Lúcido Sacristán

Magníficas reflexiones de José Sacristán en la entrevista del 8 de marzo. No sería mala idea hacer extensivas estas entrevistas a otros grandes españoles que nos cuenten sus vivencias.

Las generaciones actuales tienen que saber las grandes dificultades que se encontraron sus padres y abuelos. Todo lo que ellos han tenido desde que nacieron lo crearon sus antecesores, nada estaba ahí.

A lo mejor así, los nuevos partidos que desprecian a las generaciones anteriores no tendrían tanto predicamento.

Javier Arriaga. Correo electrónico

Más científicas

El artículo Genios entre la inspiración y la locura (del 1 de marzo de 2015) es bueno, pero deja un regusto amargo al relegar a dos grandes científicas a un segundo lugar, no dedicándoles más que un par de frases en el último párrafo, con la promesa de hablarnos de ellas en otra ocasión.

¿Acaso no merecen la misma consideración de sus colegas masculinos? Sin duda tuvieron que luchar más que ellos por que sus investigaciones fuesen consideradas. ¿Vamos a perpetuar esta discriminación hoy día?

Laura Fernández. Correo electrónico

Hablando sobre la muerte

Cuando Rosa Montero publicaba su artículo Aquel campo de concentración tan bonito (1 de marzo) moría un compañero de trabajo de mi marido. Se fue demasiado joven, por una cruel enfermedad. Intentando explicar a mi hija cómo me sentía con aquello, me preguntó: “Mamá, cuando te mueres, ¿la enfermedad la sigues teniendo o se te va?”.

Mi hija solo tiene 10 años y, como dice Rosa Montero, no se sabe mortal. Lo desgarrador de la muerte es lo irreversible. Por eso nos aferramos a la vida, porque es maravillosamente reversible.

Inmaculada Navarro. Albacete

Dictaduras

El 8 de marzo, Javier Marías escribe hablando del señor Monedero: “… dispusiera de un despacho en el Palacio de Hugo Chávez, un militar golpista (es decir como Franco, Videla y Pinochet)…”.

Hugo Chávez intentó un golpe de Estado en 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y fue encarcelado, pero en 1999 gana las elecciones presidenciales con un 56,2% de los votos; en 2000, con un 60%; en 2006, con un 62%, y en 2012, con un 55,7%.

¿Cómo mete en el mismo saco tres de las dictaduras militares más sanguinarias del siglo XX con los Gobiernos de Hugo Chávez?

Carmen Pérez Pita. Madrid

Dinero y tolerancia

Como casi siempre, me siento identificado con Javier Marías. Así me ocurrió con su reciente artículo Tiene dinero, es intolerable. Como abogado y asesor de empresas, vengo observando que cada vez son más los profesionales y empresarios honrados que se esfuerzan en pasar desapercibidos para que nadie, ni familiares, ni amigos –no digamos ya los extraños–, sepan el dinero que ganan o el patrimonio que poseen.

Tienen miedo a que los acusen de corruptos, especuladores o ladrones. Últimamente también leen con desasosiego las nuevas teorías de economistas como Piketty, o de nuevos partidos que hablan de impuestos confiscatorios contra el patrimonio.

Tenemos que dar seguridad a los que arriesgan su dinero y dedican todo su esfuerzo en crear riqueza y puestos de trabajo de una manera honrada. Adam Smith, padre de la economía, cuando estudió los motivos por los que unos países eran ricos y otros pobres, descubrió que uno de los principales motivos era la seguridad. En los países ricos había una seguridad jurídica, económica, política… que en los pobres no había.

Es fundamental que el que ha conseguido un patrimonio de forma honrada, tenga la seguridad de que el Estado le protegerá y nunca se lo confiscará, y que la sociedad le apoye.

Marcos Herrero. Pozuelo de Alarcón (Madrid)

Méritos y salarios

Aunque tengo respeto y admiración por Javier Marías, como novelista y también como articulista, en el texto Tiene dinero, es intolerable (del 8 de marzo) creo que omite algunos aspectos.

Al mencionar que Hugo Chávez fue un militar golpista, lo equipara con Franco, Videla y Pinochet. En mi opinión, aunque puedan compararse en varios sentidos, hay diferencias fundamentales entre el primero y los tres últimos. Habría que mencionar que el primero fue un gran populista, como Juan D. Perón (con quien tiene mucho más en común), pero que también llegó al poder tras unas elecciones democráticas (avaladas por observadores externos), algo que no ocurrió en los otros tres casos.

También que Chávez –aunque fuera puro populismo– se ha apoyado en las clases más desfavorecidas, mientras que los otros se dedicaron fundamentalmente a perpetuarse en el poder.

Otro asunto en dicho texto es que creo que se intenta defender (con razón) a quienes por envidia son criticados injustamente por haber ahorrado una cantidad significativa (insisto en que honradamente es imposible ganar mucho trabajando).

Y otro, el de aquellos que por sus méritos profesionales (deportistas, artistas, incluso algún escritor) puedan haber ganado mucho (bastante) dinero honrada y legalmente. En esta cuestión, el asunto a debatir es otro.

¿Hasta qué punto es moral y ético que cualquier personaje de éxito (y dejo aparte a los “virtuosos” como Messi) pueda ganar muchísimo más que cualquier buen profesional (médico, ingeniero, arquitecto, escritor…)?

Ángel Javier Sarasúa Ortega. Correo electrónico

Disparidad de criterios

Javier Marías es un escritor de indiscutido prestigio. Conozco sus novelas, sigo muchos de sus artículos. Muestra habitualmente en sus textos un admirable control de la lengua y altas dosis de sabiduría y sensatez. Por eso me he sentido muy sorprendido al leer su artículo Un país adanista e idiota (1 de marzo), en el que se expresan unas ideas sobre nuestra historia reciente que no parecen en absoluto propias de una mente compleja y ricamente reflexiva como suele ser la que se manifiesta normalmente en sus trabajos. Incurriendo en este caso además en el agravante de descalificar a quienes no piensan como él tildándolos de ignorantes.

Rafael Parreño Boza. Valverde del Camino (Huelva)