El fútbol como modelo para la ciencia

Los presupuestos de ciencia menguan cada año —aun maquillando los números con préstamos que nunca llegan a los científicos— y nuestros dirigentes nos animan a competir en Europa. Utilizaré como ejemplo el fútbol, a ver si así les llega el mensaje. El Depor y el Levante pertenecen a la élite del fútbol mundial ya que juegan en Primera en España, algo a lo que solo un grupo muy selecto puede llegar. A pesar de este elitismo, tienen problemas económicos y a nadie se le ocurre decirles que para mejorar su economía lo que tienen que hacer es ganar la Champions. Para competir en Champions hay que terminar la Liga entre los cuatro primeros y para ello se necesitan muchos medios, bastante experiencia y una pizca de suerte. Hay un paso intermedio, la Europa League, en la que equipos como el Sevilla o el Valencia compiten mientras esperan la llegada de un mecenas chino que les permita evitar la fuga de talento, incluso comprarlo, y con suerte saltar a la Champions. Pues eso, si invertimos más, si aumentamos el número de investigadores en los laboratorios, de técnicos de apoyo, renovamos los estudiantes, trabajamos mucho y tenemos esa pizca de suerte, igual somos capaces de llegar a Europa.

Sin dinero, si los jóvenes no se incorporan al sistema sino que emigran, si acumulamos 15 meses de retraso (y sumando) en la incorporación del personal a los proyectos concedidos, entonces Europa se aleja muy rápido y nos acercamos al descenso. El último proyecto en el que participé presentado a una convocatoria europea obtuvo 8,5 puntos sobre 10. Fue rechazado igual que el 96,3% de los proyectos presentados. Ese es el nivel que se nos exige alcanzar.— Casto Rivadulla Fernández.