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Millás se supera

Humilde como periodista, sencillo como persona, nos adentra en un mundo donde el objetivo es buscar, observar, comprobar...

Millás se supera

Todas las semanas, El País Semanal abre una ventana para que la imaginación se expanda en el espacio. La sección La imagen, de Juan José Millás, representa un viaje hacia dentro, un viaje en busca de paz a través de la reflexión ayudado por la imaginación.

Con su reportaje con los investigadores de Biópolis (11 de enero) para presentarnos al pequeño gusano Elegans (que comparte el 40% de sus genes con nosotros), Millás se ha superado: humilde como periodista, sencillo como persona y de vaporosa pluma como escritor, nos adentra en un mundo donde el objetivo es buscar, observar, comprobar, deducir… horas y horas de trabajo a veces para casi nada, un mundo donde algunos jóvenes pretenden aportar a la sociedad soluciones o mejoras y que sortean obstáculos año tras año sin apoyos ni ayudas. Esta es la situación de jóvenes empresarios que han dedicado su saber a I+D y, como a dos de mis cuatro hijos, esta entrevista les da un aliento para seguir.

Aurora Corral Valiente. Castellón

Más sobre padres e hijos

Me gustaría no tener que decir lo que voy a escribir. Me gustaría que en un proceso difícil y doloroso como es el divorcio, en el que todas las partes lo pasan mal, los padres y madres miraran por sus hijos y no se dejasen llevar por el rencor. Me gustaría que los miembros de la pareja vieran al otro como el padre o madre de sus hijos, y no como el enemigo al que hay que abatir. Me gustaría que se mirara a los progenitores desde un mismo objetivo, independientemente de su sexo. Me gustaría que la ley tratara a todos por igual y que, con el fin de acabar con ciertas injusticias, no se crearan otras… En fin…, me gustaría, como mujer divorciada, partidaria de la igualdad entre los sexos y de la custodia compartida que mis hijas disfrutan plenamente, no tener que ratificar lo que Berta Vias Mahou dijo en una columna en El País Semanal del 28-12-2014, bajo el título de Padres e hijos. Pero desgraciadamente es así. Yo sí conozco (y por eso tengo que estar en desacuerdo con la carta de Teresa Cavanna Benet del 11 de enero) a hombres que, con un sueldo normal, deben afrontar la pensión de los hijos, la hipoteca de una casa en la que no viven y el alquiler de otra en la que malviven (o el regreso a casa de sus padres con 50 años).

Enfrente tienen a mujeres que, además de tener un salario en ocasiones más elevado que sus exparejas, reciben una pensión por sus hijos y sólo tienen que afrontar el pago de la mitad de una hipoteca, disfrutando de una casa que en su día fue de los dos. Mujeres que no admiten la custodia compartida, no porque crean que sus exparejas sean malos padres y que no tengan tanto derecho como ellas a disfrutar de sus hijos, sino porque así cuentan con un ingreso extra y mantienen su residencia. Mujeres a las que, además, en el 98% de los casos, los jueces les dan la razón y por extensión la custodia, sin otro criterio que el sexo del progenitor. Me imagino que Teresa, que trabaja en un dispositivo de atención a víctimas de violencia de género, verá todos los días situaciones escalofriantes. Pero la animaría a ella, y a otras mujeres, a mirar este problema desde un todo, no sólo desde una parte. A mirarlo desde el prisma de las personas, no de los sexos.

Clara Baonza Díaz. Madrid

¡Ay, señor Cercas!

Admirado escritor: no sabe cómo coincido con su artículo Peor imposible (18-1-2015). ¡Esa cantinela omnipresente y reiterativa en boca de muchos! Algunos de ellos, impelidos por su compleja situación económica, sin atisbo de luz al final del túnel. Otros, articulándola de modo sistemático, lejos de considerar el alcance de su significado, y –como dice el autor– la ofensa y el improperio que ello supone para infinidad de personas inmersas en la escasez y la pobreza más dramática de países subdesarrollados del Tercer Mundo.

En el escenario nacionalista catalán, existe –asimismo– un colectivo proindependencia que, a falta de argumentos de peso que avalen su postura, sin previo razonamiento y sin reparar en las consecuencias, que presagian desamparos peligrosos –como el de la Unión Europea–, incertidumbres y un montón de adversidades, lanza y profiere la consabida cantinela: “Peor no podemos estar”. “Peor imposible”. ¡Dios! ¡Cuánta irreflexión! ¡Cuánta insensatez!

Carmen Villar Perearnau. Consell de Cent (Barcelona)

Cargado de razones

Felicito a Javier Marías, pero no por su artículo Se buscan razones para asesinar, ni por lo que escribe en él, sino porque nos trae la opinión certera de Guillermo Cabrera Infante sobre los terroristas. Coincido con la visión que nos aporta, son asesinos, partiendo de ese hecho buscan cómo hacer que su violencia posea legitimidad, y se alinean con movimientos concretos, pero daría igual, son mercenarios del terror, podrían traspasarse de una ideología a otra, aunque fueran equidistantes, con tal de poder seguir haciendo el mal. No son inmorales, son amorales, que es peor, su única religión es hacer daño y saciar sus mentes enfermizas, porque carecen de alma. Son culpables de todo las organizaciones que los emplean y las masas, aunque sean minoritarias, que ayudan a hacer de ellos unos héroes en sus comunidades de intereses, unos estandartes del terror indiscriminado.

Dionisio Rodríguez Castro. Villaviciosa de Odón (Madrid)

Un paso al frente

Leo los artículos de Javier Marías en El País Semanal y me sorprende el odio que muestra cada vez que se refiere al sector de la derecha política española. Le tengo por una persona inteligente y sensata. Yo me considero una persona de pensamiento liberal. Escriba, por favor, un artículo con lo que usted haría en caso de gobernar. ¿No se plantearía dar un paso al frente y presentarse a alguna de las próximas elecciones? ¿No cree que es el momento de dar este paso y dejar la crítica a un lado y pasar a la acción?

Federico Arias. Simancas (Valladolid)

Parábola de las fieras

En El País Semanal del 11 de enero, Javier Marías nos informa que la fiera está herida. Luego nos cuenta la reacción de la fiera. Metafóricamente la fiera es el Partido Popular y las heridas son las perspectivas electorales con las que corre el peligro de dejar de ser la fiera dominante, que, por supuesto, sería la mayor herida.

Se detiene Marías en las reacciones violentas de la fiera ante las heridas y hace una relación de los rugidos, amenazas y acciones diversas; como se encasilla en sus posiciones más autoritarias, nos cuenta los cambios en la guardia pretoriana con el nombramiento del nuevo portavoz en el Congreso y en la utilización de TVE con la radicalización de los mensajes de alabanza a la fiera y el desprestigio de los adversarios. En la selva donde vive la fiera hay otra fiera que, tradicionalmente, le disputa el poder, pero ha surgido una nueva fiera que está dispuesta a romper la hegemonía de ambas y cambiar las relaciones de poder en la selva. Esa es una de las causas de las heridas de la fiera: la nueva fiera ha denunciado las tropelías de las otras y ofrece condiciones diferentes a la fauna de la selva. El objetivo es convertirse en la dominante de la selva, desbancando a las otras dos, hegemónicas durante años.

Lo que desean el resto de miembros de la fauna de la selva, entre los que me incluyo, es que las fieras dominantes sean menos fieras y más personas, abandonen la práctica de apropiarse de la mejor parte de las piezas cazadas, y que el ejercicio del poder lo utilicen para mejorar las condiciones de toda la fauna selvática.

Alberto Fernández. Marbella

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