_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El indio

La jarana mediática se repitió cuando el avión presidencial del Evo fue vetado en el cielo de cuatro países europeos, con un muy feo papel de la diplomacia española

Manuel Rivas

¿Recuerdan los ejercicios de estilo racista que se hicieron cuando Evo Morales visitó España, vestido con su “chompa”? Nunca antes se había dado semejante maltrato a un presidente de otro país. “Indígena con dos co...caínas”, escribía un fenómeno habitual. “Un jersey así lo dan las catequistas en sus caridades y se lo tiran a la cara”, apuntaba otro sobresaliente. Fueron días de florido vejamen en la excelsa caverna. ¡Qué somanta de risas se llevó el indio! En otros tiempos le habrían aplicado un corte de orejas, como hizo con los nativos aquel predicador: “Ya que no eran dóciles al imperio de mi voz”. La jarana mediática se repitió cuando el avión presidencial del Evo fue vetado en el cielo de cuatro países europeos, con un muy feo papel de la diplomacia española, y tuvo que aterrizar de urgencia en Austria, todo por la patraña de que en la nave viajaba el exagente de la NSA Edward Snowden. Ahora, Evo Morales acaba de tomar posesión para su tercer y último mandato. Reelegido en octubre por más del 60% del electorado, es el presidente que ha propiciado el periodo de mayor estabilidad, independencia y prosperidad en la historia de Bolivia. El crecimiento económico en el pasado año ha sido del 6,8%, con una tasa de paro del 3,2%, la más baja de Latinoamérica. En los años de Gobierno del aymara Morales, la extrema pobreza se ha reducido a la mitad, y se ha multiplicado la construcción de escuelas y hospitales. Tiene toda la razón para bromear que en su país no mandan los “Chicago boys” sino los “Chuquiago Boys”, también apodo popular del club de fútbol La Paz. Parece inminente su reconciliación con Obama. Ojalá consiga otro sueño para Bolivia: un acceso al Pacífico. Ver el mar sin pedir permiso.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_