Nueva era para EE UU y Cuba
Las noticias buenas o victoriosas se dan de pie. Obama intenta decirnos que él piensa que ningún cubano debe ser hostigado, o arrestado, o golpeado, simplemente por ejercer su derecho universal a que se oigan sus voces. Y que seguirá apoyando la sociedad civil (opositores y disidentes) en Cuba. Él está convencido de que si se logra comprometer a los Castro podemos defender nuestros valores de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos de una manera más eficaz; y podemos ayudar a los cubanos a ayudarse a sí mismos en su lucha contra la dictadura. Este mes de abril él va a insistir en que la sociedad civil (opositores y disidentes) también participe por Cuba en la Cumbre de las Américas.
Obama quiere que los cubanos, todos y no solamente sus líderes, puedan formar su propio futuro; y hace un llamamiento a todos sus colegas líderes (los que lo respaldan) para comprometer a Cuba con la democracia y los derechos humanos esbozados en el corazón de la Carta Interamericana. Obama llama de forma muy clara a dejar atrás el legado actual de colonización castrista a Venezuela, la doctrina comunista, la tiranía de los cárteles de la droga en contubernio con Cuba, Venezuela y otros países del mismo corte, dictadores como los Castro, Maduro y similares, y elecciones vergonzosas, como las de Fidel, Raúl, Nicolás y Evo, entre otros. Un futuro de mayor paz, seguridad y desarrollo democrático es posible, si trabajamos juntos; no para mantener el poder durante más de medio siglo o más allá de los mandatos legales, no para asegurar ciertos intereses inescrupulosos de todos sabemos quiénes, sino para hacer avanzar los sueños de nuestros ciudadanos.— Venancio Prieto Acosta. Las Palmas de Gran Canaria.
“Todos somos americanos”. Palabras que resuenan en Estados Unidos, en América y en el mundo. Palabras del presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, en un momento en el que el gigante global empieza a perder su equilibrio como hegemón, y en el que por primera vez después de varias décadas en las que la suela del zapato estadounidense se alzaba por encima de América Latina pareciera que se extiende una mano más que un arma.
Habrá que esperar para ver cuáles son los verdaderos efectos, para Cuba y para el resto de América Latina, de las declaraciones de Obama, especialmente con respecto al bloqueo comercial cuyo control no está dentro de su jurisdicción como supo expresar el presidente norteamericano. Sin embargo, al menos por hoy: “Todos somos americanos”.— Bernardo Gortaire Morejón. Quito, Ecuador.
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