Energía sostenible: prioridad de la UE en la lucha contra la pobreza
Asegurar el acceso a fuentes sostenibles es asegurar a nuestros jóvenes un futuro
Unos días después de la Cumbre del Clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York me gustaría prestar atención a un desafío muy relevante en esta discusión, y muy importante para nuestro futuro: la energía sostenible.
La energía es crucial para el crecimiento de un país; permite que funcionen negocios, escuelas y centros de salud. Pero al mismo tiempo, de cara a las generaciones futuras debe preservar nuestro entorno y respetar el medio ambiente. Como antiguo Comisario de Energía en mis primeros años en la Comisión, soy un firme defensor de que asegurar el acceso a fuentes de energía sostenibles es asegurar a nuestros jóvenes un futuro.
Sin embargo, con alrededor de 1,3 millones de personas sin acceso a la electricidad aún en el mundo, está claro que tenemos que mejorar nuestro juego.
La Unión Europea (UE) está tomando medidas al respecto. Por ejemplo, a través de la Asociación para la Energía entre la UE y África, o con su participación en la iniciativa de la ONU Energía sostenible para todos, a través de la cual nos hemos comprometido a ayudar a los países en desarrollo para que puedan proporcionar servicios energéticos sostenibles a 500 millones de personas en 2030.
Una de las razones por las que el suministro de energía en muchos países en desarrollo es débil y poco fiable es que los marcos regulatorios no propician la inversión. Los gobiernos nacionales deben implementar reformas para impulsar las inversiones y la transparencia de gobierno, lo cual requiere una fuerte voluntad política.
Con alrededor de 1,3 millones de personas sin acceso a la electricidad aún en el mundo, está claro que tenemos que mejorar nuestro papel en este ámbito
En Nueva York, la semana pasada, el presidente de la Comisión, José Manual Barroso, y yo hemos firmado cinco declaraciones con países europeos y africanos —España, por ejemplo, ha participado en la firma del acuerdo con Cabo Verde—. Estas declaraciones son un paso estratégico en la lucha contra la pobreza energética y contribuirán a que más gente tenga acceso a servicios de energía sostenible.
Otro gran desafío es la electrificación en las zonas rurales: más del 84 por ciento de las personas sin acceso a la energía vive en aldeas o pueblos alejados de las ciudades. Y eso es algo de lo que tampoco de esto nos hemos olvidado, y por ello hemos puesto en marcha este año 21 proyectos financiados por la UE que traerán un mejor acceso a servicios energéticos modernos, asequibles y sostenibles para unos tres millones de personas en zonas rurales de África.
Esta misma semana, en Bruselas, vamos a debatir nuevas oportunidades financieras para apoyar la electrificación rural en los países en desarrollo y el resto de los retos pendientes en esta materia, junto con una amplia representación de interlocutores interesados en el desarrollo de la energía sostenible, incluyendo a nuestros socios de la ONU.
Durante los próximos siete años nos hemos comprometido a asignar más de tres millones de euros en subvenciones para la energía sostenible en países en desarrollo; una cifra que, calculamos, dará lugar a nada menos que 15.000 millones de euros en préstamos e inversiones de capital.
Obviamente no estamos solos en esta tarea. La iniciativa de la ONU Energía sostenible para todos nos permite contar con el apoyo de otros donantes, el sector privado, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil, tanto a nivel nacional como internacional. Porque creemos que con trabajo duro, y en equipo, conseguiremos ofrecer servicios de energía sostenible parar todos de aquí a 2030.
Andris Pielbags es comisario de Desarrollo de la Comisión Europea (en funciones).
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