Demanda ascendente
Las cifras de crecimiento no son suficientes para combatir el paro y la deuda, pero son positivas
La economía española ha confirmado en el segundo trimestre de este año las estimaciones iniciales de crecimiento. Ha sido del 0,6%, que en comparación con el trimestre precedente significa una expansión anual del 1,2%, superior al promedio de la eurozona. En ese ritmo de crecimiento agregado ha sido esencial la influencia de la recuperación de los dos componentes principales de la demanda nacional, el consumo de las familias, en un 0,7%, y la inversión privada, del 0,5%. No son tasas expresivas de una expansión suficiente para asegurar una corrección significativa de los dos principales desequilibrios, desempleo y endeudamiento privado, que siguen condicionando una recuperación más intensa, pero contrastan favorablemente con seis años de deterioro sin precedentes.
Editoriales anteriores
La contrapartida a esa evolución favorable de la demanda interior es la confirmación del peor comportamiento del sector exterior. La fatiga de las exportaciones y, muy especialmente, el aumento de las importaciones, consecuente con ese aumento del consumo y de la inversión nacionales, pueden seguir erosionando las posibilidades de crecimiento futuro: el conjunto del sector exterior drenó 0,7 décimas de crecimiento del PIB entre abril y junio.
El otro elemento que no permite asumir un horizonte de tranquilidad es el comportamiento de los precios, con una variación negativa del IPC adelantado para agosto que sitúa la tasa interanual en el -0,5%. Es la cuarta tasa negativa en once meses. Ese registro sucede al -0,3% del mes anterior, renovando la inquietud acerca de su impacto en una de las economías más endeudadas de la eurozona, también con precios inusualmente bajos, aunque menos que los españoles.
Fue esa cercanía a la deflación la que justificó las recientes declaraciones del presidente del BCE comprometiendo acciones adicionales de estímulo monetario que permitan acercarse a una inflación del 2%, el objetivo de su política monetaria. Conviene que no demore su aplicación, así como que aquellos gobiernos nacionales con las finanzas públicas más saneadas asuman la necesidad de intensificar la inversión pública y propiciar que instituciones como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aceleren también la concreción de proyectos comunitarios de inversión. De lo contrario, las amenazas de un largo estancamiento, y el freno a la completa recuperación española, condicionarán la continuidad de favorables registros en la demanda interna.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.