Una prenda con significado
Zara retira una camiseta similar al uniforme que los judíos debían utilizar en los campos de exterminio
Prácticamente desde el comienzo de la historia —y probablemente también en la prehistoria— el ser humano ha otorgado siempre al vestido un significado que iba mucho más allá de su valor material. En la Roma imperial el color púrpura estaba reservado al emperador y en el Irán actual un clérigo que lleve un turbante negro indica que desciende de Mahoma. Siendo un residuo machista, la expresión “llevar los pantalones” significa estar al mando de algo. Durante un siglo las tropas imperiales británicas fueron conocidas como los “casacas rojas” y a pesar de la canción de Juanes, en algunos países de Europa, como Italia, el vestir una camisa negra no le hace a uno más popular. Quemar el sostén fue un símbolo de la liberación femenina y varios países occidentales se encuentran inmersos en la polémica de si permitir o no utilizar el velo islámico en los lugares públicos. Adornarse el cuello con un pañuelo rojo el 7 de julio no es igual que hacerlo, por ejemplo, en octubre y basta utilizar la expresión “camisas pardas” para evocar el periodo más oscuro y trágico de la Europa del siglo XX.
La firma española Zara, presente en todo el mundo, ha retirado del mercado una camiseta infantil tras las fundadas protestas originadas en Israel donde se señalaba que la prenda —a rayas blancas y negras y con una estrella de seis puntas amarilla en su parte frontal izquierda— recordaba inmediatamente al uniforme que los nazis obligaban a vestir a los prisioneros judíos en los campos de exterminio. La empresa ha pedido disculpas y asegurado que todo se trata de una confusión. Obviamente, las rayas no son iguales y en la estrella pone Sheriff y no Jude, pero el que pudiera comercializarse plantea algunas preguntas que van más allá de las buenas intenciones.
Hay cosas con las que es mejor no confundirse. No se trata de ser políticamente correctos sino de conocer el significado que tienen algunas prendas. Y de poner la misma atención en ese aspecto que, por ejemplo, la que seguro se ha empleado en calcular los costes de producción. Si nadie observó la semejanza es porque tal vez falte educación sobre el Holocausto, el mayor crimen cometido en Europa en el siglo XX.
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