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Macroeconomía, alta política y redes sociales

Una cibercampaña apoya la oposición de la sociedad civil a los acuerdos de libre comercio entre la UE y los países de África Occidental

Carlos Bajo Erro
Rueda de prensa.jpg: Imagen de la rueda de prensa de la campaña celebrada el 24 de julio en Dakar.
Rueda de prensa.jpg: Imagen de la rueda de prensa de la campaña celebrada el 24 de julio en Dakar.Pape Diam

#NonAuxAPE es el último desafío del ciberactivismo de África Occidental. Los retos son dos: romper el muro de silencio que han levantado la Unión Europea y los gobiernos de la región mientras negocian las condiciones de sus acuerdos comerciales; y ayudar a que la opinión de los ciudadanos tenga un espacio en estas discusiones. En realidad, hace más de una década que la UE está empeñada en firmar los Acuerdo de Partenariado Económico (APE) con la CEDEAO (Comunidad Económica De Estados de África Occidental), que por decirlo de una manera sencilla, se trata de acuerdos de libre comercio, con algunas limitaciones y condiciones. Hasta ahora no ha sido posible establecer unas normas regionales de intercambio comercial, en unas ocasiones por la oposición de algunos estados afectados (Nigeria, por ejemplo, se ha opuesto repetidamente a renunciar a los ingresos de los impuestos a las importaciones) y en otras por el rechazo de las sociedades civiles, que por ejemplo a partir de 2007 protagonizaron una amplia campaña.

Sin embargo, ahora, la UE ha planteado un ultimátum: los acuerdos deben estar firmados antes de octubre de 2014, si no, las condiciones actuales de los intercambios empeorarán considerablemente. La atención en esta última ronda de conversaciones está centrada en Senegal, desde que la CEDEAO, en octubre de 2013, designase al presidente senegalés, Macky Sall como supervisor de las negociaciones. Y ha sido, precisamente, en este país africano donde las redes sociales más han reflejado la oposición de la ciudadanía.

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El pasado 14 de julio se puso en marcha un grupo en Facebook, “Contre la signature des APE par la CEDEAO” (Contra la firma de los APE por la CEDEAO). Se define como “grupo de expertos y de ciudadanos de África Occidental opuestos a la firma de los Acuerdos de Partenariado Económico (APE) con la Unión Europea que amenazan con desestabilizar nuestras débiles economías y destruir nuestro entramado de producción, poniendo nuestros mercados a merced de los productos importados”. En quince días el grupo contaba con casi setecientos miembros activos que replican en las redes sociales los documentos y argumentos que se comparten allí. El mismo día 14 de julio comenzó a utilizarse en Twitter el hashtag #nonauxape, con una actividad discreta pero creciente.

Pape Diam, un joven creador multimedia senegalés, fue uno primeros en utilizar el hashtag y explica que el objetivo de la iniciativa es “mostrar el desacuerdo de la población senegalesa hacia los APE” y “que los ciudadanos entiendan con palabras simples lo que significan, porque los documentos normalmente son muy técnicos”. En una línea muy similar se expresa Mor Talla, un trabajador social que se encuentra entre los administradores de uno de los grupos de Facebook con más repercusión de la esfera senegalesa, el del colectivo de raperos Y’en a Marre. Talla es también uno de los animadores del grupo contra la firma de los Acuerdos de Partenariado Económico y explica que, de momento, la finalidad “es alertar y sensibilizar a la población sobre el contenido de los APE”, aunque advierte que si los responsables políticos de los países africanos no les escuchan, estas herramientas servirán para ayudar a la movilización.

El secretismo con el que se desarrollan las negociaciones es lo que más alarma a los colectivos de la sociedad civil y es, en este sentido, en el que los ciberactivistas se sienten más útiles. Diam se queja de que “en la prensa africana se pueden encontrar muy pocos artículos” y de que “los ciudadanos no están al corriente de lo que se está discutiendo”. “Los negociadores están trabajando en la sombra, a espaldas de los ciudadanos y los medios convencionales prácticamente no hablan del tema”, insiste Diam. Y el grupo de Facebook se ha convertido en un espacio para compartir los contenidos que construyen los argumentos contra los APE, un intento de crear un estado de opinión más allá de los medios convencionales. Se comparten documentos sobre la posición de la sociedad civil en todos los países afectados, artículos de opinión e informaciones relacionadas con el proceso de negociación, algunas incluso de las campañas que en el pasado frenaron la firma (en 2004 y en 2007, principalmente).

Pero también en un espacio para compartir iniciativas, como la carta abierta al presidente senegalés, Macky Sall, o a la responsable de la delegación de la Unión Europea, Dominique Dellicour, o la campaña puesta en marcha a través de la página Change.org.

A diferencia de otras acciones, en esta ocasión, los cibermilitantes se ponen al servicio de las organizaciones de la sociedad civil, que incluyen colectivos agrícolas, organizaciones de mujeres o asociaciones de jóvenes agricultores, entre otros. Pretenden ser su altavoz y amplificar su mensaje. Renuncian al protagonismo y asumen una función de herramienta de una campaña más amplia. A través de las redes sociales, buscan contrarrestar el silencio de los medios convencionales. Esta vez las ciberacciones son, más que nunca, un complemento, una pieza más del engranaje de oposición a los APE. Sin embargo, hay un aspecto que les hace una pieza fundamental: la conexión de los grupos que se oponen a los APE en cada uno de los países afectados y con los colectivos que se encuentran en la diáspora.

El movimiento está impulsado desde Senegal y por activistas senegaleses, sin embargo, tiene la vocación de superar las fronteras ya que quienes negocian el acuerdo son organizaciones transnacionales y que consideran que la amenaza afecta a toda la región de países miembros de la CEDEAO, es decir, a toda África Occidental. Así, en el grupo hay algunos miembros de otros países como Mali, Togo, Guinea o Costa de Marfil y, sobre todo, senegaleses repartidos por diferentes países europeos, americanos y del norte de África.

“Nuestra lucha se desarrolla en dos ámbitos”, explica Mor Talla, “porque intentamos prolongar en internet lo que se está haciendo en la calle. Pero también facilitamos un instrumento para la comunicación entre los miembros de la campaña y para el trabajo colaborativo”. Para los ciberactivistas es importante que los colectivos que se oponen a los APE se mantengan unidos, ya que en otras fases de la negociación, la Unión Europea ha firmado acuerdos parciales con algunos de los países de la CEDEAO. “Es la estrategia del divide y vencerás. Intentan debilitarnos”, se queja Talla. Sin embargo, advierte: “Si los retos son transnacionales, si los estados tiene complicidades, nuestras redes también superarán las fronteras. Tenemos los instrumentos para conectarnos con otros colectivos, con otras campañas en otros países y sabemos, sobre todo desde 2012, que los instrumentos de internet son importantes para rechazar las prácticas de los dirigentes”.

Las complicidades entre las diferentes piezas de la campaña de oposición a los APE son fundamentales. La difusión que dan los ciberactivistas a las acciones presenciales pretenden empujar a los medios convencionales a que se ocupen del tema, marcar su agenda, como han hecho otras veces. Mor Talla se refiere a la que ha sido, posiblemente, la última gran victoria del ciberactivismo senegalés: la campaña de #NonAuMur. En marzo una campaña impulsada desde las redes sociales rechazaba la construcción de un muro en la Corniche de Dakar, frente a la línea de la playa. La pared limitaba el espacio en el que estaba previsto ubicar la embajada turca en Senegal. Numerosos colectivos sociales, con los ciberactivistas a la cabeza, se oponían a que el litoral fuese “sustraído” a la población en general para levantar una delegación diplomática internacional de lujo. Dos meses después, a finales de mayo, el muro fue destruido y la embajada turca reubicada.

En esta misma línea los raperos fueron una de las principales fuerzas de oposición en otras campañas que pretendían frenar la firma de los APE, por ejemplo, en la que se desarrolló a partir de 2007. Ahora, mucho más organizados, los simpatizantes y miembros del colectivo Y’en a Marre están muy próximos a las acciones de Non Aux Ape. Sin ir más lejos el influyente Journal Rappé, ideado y conducido por dos estrellas del hip hop senegalés, Xuman y Keyti, también se ha hecho eco de la campaña.

La sociedad civil y los ciberactivistas exigen transparencia en este proceso que puede resultar fundamental para las condiciones de vida de los ciudadanos de África Occidental. Un reciente documento de trabajo de la Cooperación Española realizado por consultores del Grupo de Estudios Africanos (GEA) de la Universidad Autónoma de Madrid señala que 13 millones de personas se encuentran todavía en situación de inseguridad alimentaria en África Occidental. Un dato que apoya el argumento de que la agricultura africana no está aún en condiciones de competir con la europea. Por otro lado, este mismo informe pone de manifiesto que hay muchos estudios que evidencian efectos negativos de un intercambio comercial en las condiciones que establecen los APE; sin embargo, más allá de los argumentos de la UE, no se encuentran informes que avalen los supuestos beneficios para las poblaciones africanas.

Además del desequilibrio entre el mercado y el tejido productivo europeo y africano, de la renuncia a los ingresos que los productos generan en las fronteras y de las sospechas que provoca el secretismo de las negociaciones, los participantes en la campaña ven la firma con una nueva muestra de sometimiento de África. Las publicaciones que se hacen en las redes sociales hablan de suicidio económico o incluso de esclavitud pero, sobre todo, de nuevo sistema de colonización. Y apelan al honor y al orgullo y a reacciones como la desobediencia civil.

Ahora mismo, las pocas informaciones apuntan a que las negociaciones están muy avanzadas, pero los activistas confían en poder frenar la firma, al menos, en la fase de ratificación de los tratados en los parlamentos nacionales, por ello ponen toda la carne en el asador. Mor Talla lanza un considerable desafío: “Suponemos que la Unión Europea también está actuando a espaldas de sus ciudadanos. Queremos explicarles a los europeos lo que está intentando hacer la UE en África, porque ellos también deberían oponerse a esta injusticia. Si ellos lo saben y no hacen nada estarán siendo cómplices”. Así, a través de la campaña que están desarrollando en las redes sociales, igualmente pretenden influir en Europa, hacer llegar su mensaje y conseguir que algunos colectivos de la sociedad civil del viejo continente también se unan a su lucha.

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Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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