Problemas de nomenclatura
¿Qué es realista?¿Era realista estar a la cola de Europa en desnutrición infantil? Con franqueza, no; parecía imposible
La noche en que Alemania arrebató el Mundial de fútbol a Argentina, Pedro Sánchez conquistaba la secretaría general del PSOE. Estábamos tan preocupados por ver quién ganaba una cosa y quién la otra, que se nos mezclaban las imágenes. En un momento de este ir y venir compulsivo por zonas tan distantes de la vida, nos pareció ver a Merkel abrazando a Pedro Sánchez y a Rubalcaba felicitando a la selección alemana. La foto de arriba, publicada al día siguiente, colocó las cosas en su sitio. He ahí la realidad. Realismo, por cierto, fue una de las primeras palabras que escuchamos a Pedro Sánchez.
Era preciso, decía, ser realistas. ¿Pero era realista la realidad?, nos preguntábamos nosotros. ¿Era realista estar a la cola de Europa en desnutrición infantil? Con franqueza, no; parecía imposible. La cuestión es si se puede combatir lo imposible con lo posible; si las utopías inversas se curan con tres cucharadas diarias de posibilismo. Y nos hemos referido a la desnutrición infantil por no enumerar una vez más la larga lista de lo que se nos viene arrebatando, en muchos casos con la complicidad del PSOE, desde el golpe de Estado financiero al que llamamos crisis. Significa que tenemos serios problemas de nomenclatura. ¿Qué es el realismo? ¿Quién otorga los certificados de realidad? ¿Qué es lo viable? ¿Qué lo verosímil? ¿Es creíble el tamaño de la deuda después de lo que hemos apoquinado a la banca? En todo caso, ahí va nuestra enhorabuena a Pedro Sánchez por su éxito en el Mundial de fútbol y a Angela Merkel por birlarle a Madina la secretaría general del PSOE. ¿O era al revés?
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