Volver de vacaciones y tener plantas (muy vivas)
Pautas para preparar sus plantas para su ausencia, si no tiene un buen samaritano que cuide de ellas
La maleta preparada, la puerta cerrada, la luz y el agua cortadas: todo listo para salir de vacaciones; pero, ¿y las plantas? ¿Cómo asegurar su bienestar y cuidados mientras estamos ausentes?
Unas sencillas pautas, como regarlas en su justa medida o hacer una puesta a punto del sustrato, garantizan que nuestras compañeras vegetales luzcan sanas y frondosas al regreso de las vacaciones estivales.
Las plantas, esas discretas y hermosas compañeras domésticas, no pueden acudir a la sombra cuando tienen demasiado calor ni al grifo cuando tienen sed, necesitan cuidados todo el año para estar sanas y es nuestra obligación garantizar su supervivencia y bienestar cuando nos vamos de vacaciones.
1. Sistemas para que estén hidratadas
El agua es esencial para la vida de planta, pero en su justa medida. Es igual de perjudicial el riego por exceso que por defecto; la planta acabará por marchitarse y morir. Por ello, es clave mantener un aporte de agua adecuado en cada época del año. De forma que, en verano, la planta necesitará recibir una parte proporcional de agua, según la que evapore y absorba debido al calor.
Hoy en día, existen en el mercado bolas de gel que mantienen el sustrato hidratado, o conos para practicar el riego por goteo con una botella de agua invertida. Otros método es introducir en el sustrato de la maceta una cuerda de algodón, gruesa y corta, que a su vez esté conectada a un recipiente con agua, como un barreño. De esta manera, la planta recibirá agua de manera continua y paulatina.
Las nuevas tecnologías también han desarrollado técnicas de riego para las plantas basadas en la agricultura, como los programadores de riego, con los que se puede seleccionar la frecuencia y duración de aporte de agua que precisa la planta, así como la modalidad de riego: chorro o goteo. "El problema es que, por desgracia, la mayoría de los balcones y terrazas en España no tienen acometida de agua, lo que dificulta este tipo de riego y por tanto el cuidado de las plantas", advierte Josep María Montserrat, biólogo y director del Jardín Botánico de Barcelona.
2. Maceta de arcilla, sin fisuras y limpia
El recipiente que contiene la planta cumple un papel fundamental en la conservación del sustrato, que es la base para el alimento e hidratación de la planta. Por ello, conviene que sea de un material como la arcilla, así como que la maceta no tenga fisuras y esté limpia: sin hojas o restos de tallos o flores. Si la planta está en el exterior, conviene colocarla en un lugar donde esté protegida del sol de la tarde y del viento fuerte que pueda arrastrar polvo y suciedad, como bajo un techado y cerca de una pared.
Para aportar humedad a la planta durante nuestra ausencia, "se puede colocar en una habitación cerrada, encima de unas piedras o un sustento que tenga debajo un recipiente con agua, para que solo roce el agua", aconseja Mariano Sánchez, conservador del Real Jardín Botánico de Madrid, CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
3. Sin pasarse de sustrato
El hecho de que nuestras plantas se queden solas unos días no significa que precisen un extra de alimento o un exceso de agua, aunque sea verano. Solemos caer en el error de sobrealimentarlas y ahogarlas. La planta necesitará un sustrato poroso y con la cantidad justa de abono o materia orgánica, para evitar quemar sus raíces. Por ello, conviene mezclar el sustrato que nos venden en los viveros con arena, para conseguir que tenga menos cantidad de materia orgánica.
4. Evitar la exposición directa al sol
En verano, la radiación solar es muy potente y conviene alejar a la planta de las zonas de exposición directa al sol, sobre todo, si no estamos presentes para vigilar que el sustrato de la maceta quede demasiado seco. Se puede elegir un lugar con una luminosidad moderada, orientado al este, y tener en cuenta la cantidad de humedad que la planta necesita; si necesita mucha humedad ambiente, como es el caso de los helechos, es mejor posicionarla orientada al norte o incluso en el baño de la casa.
5. Un buen samaritano, de confianza, para cuidar las plantas
Las personas de confianza que se pueden hacer cargo de nuestras plantas durante nuestra ausencia resultan de gran ayuda. Pero conviene dejarles información e indicaciones sobre las necesidades de cada una, como regarlas varias veces con poca agua, para evitar que el líquido rebose la maceta y no sea absorbido por la tierra. Además, los utensilios que pueda necesitar nuestro generoso cuidador de plantas, como regaderas o rastrillos también deben estar localizables y a mano.
Si queremos reencontrarnos con nuestras plantas sanas y salvas al regreso de nuestras vacaciones, conviene programar con tiempo los preparativos necesarios para dejar garantizados sus cuidados.
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