Ana Torroja colabora con la justicia para no ir a la cárcel
La juez de Palma publica la sentencia que condena a la cantante a pagar casi 1,5 millones La exlíder de Mecano confesó evadir impuestos para evitar una posible pena de prisión
La cantante Ana Torroja está obligada -por una sentencia con la que se ha declarado conforme- a pagar 1,4 millones de euros a Hacienda por haber cometido tres delitos fiscales. Finalmente, la artista actuó como una arrepentida, tras años de pugna, silencio ante los jueces y acciones judiciales para intentar anular su causa, abierta desde 2007. La sentencia se ha publicado este martes en Palma.
De esta forma, la exlíder de Mecano evita someterse a una vista pública y al interrogatorio del fiscal y del abogado del Estado. Colabora con la justicia y se compromete a reparar el daño para lograr minimizar la posible pena de cárcel inicialmente contemplada, de tres años y tres meses de cárcel por cinco delitos, según el letrado del Estado. Su chalé litoral de Camp de Mar (situado en Andratx, Mallorca) queda consignado en garantía para el pago. La cantante reconoce que dejó de pagar 796.410 euros en impuestos.
Torroja mostró su conformidad con la acusación de Juan Carrau, el fiscal anticorrupción que acusó, y confesó ante el tribunal haber mantenido una actividad fiscal fraudulenta delictiva en tres años distintos, durante los que dejó de ingresar más de 120.000 euros de impuestos, en 2003, 2006 y 2007.
En su pacto económico-penal visado por la juez, Ana Torroja se comprometió a regularizar otros tres ejercicios fiscales, en los que omitió pagar los impuestos debidos, por una cantidad inferior a la cuota delictiva. Antes de la vista, la artista depositó más de 700.000 euros en las arcas del Estado.
La juez Magdalena Morro le otorgó en la vista pública un nuevo rango a la acusada, al sentenciar a la ciudadana Ana Torroja Fuingariño (Madrid, 1959) como “autora de tres delitos" penados cada uno de ellos con cinco meses de cárcel. Este año y tres meses de prisión será sustituido por una multa de 9.000 euros. "Es la única forma de pasar página y seguir con mi vida", comentó la cantante a la prensa tras acabar la sesión judicial el pasado día 9 de abril.
El escándalo de Ana Torroja fue descubierto en la operación contra el fraude fiscal del caso Relámpago en el bufete Feliu de Palma, donde ella operaba. La actividad delictiva de los abogados Feliu quedó ya confirmada con sentencias y pactos en los tribunales, en distintos juicios con acuerdos de conformidad. Cuatro profesionales del despacho, José, Miguel, Alejandro y Gabriel Feliu, han sido condenados. Uno de ellos, que asesoraba directamente a la cantante, Gabriel Feliu, fue juzgado junto con ella, pero quedó absuelto porque el fiscal retiró la acusación. Lo mismo sucedió con el letrado Octavio Fernández de la Reguera.
Un mecano exterior
Torroja operó hasta con ocho sociedades distintas, una malla de compañías tanto internacionales como locales de ingeniería financiera “para ocultar sus rentas, patrimonio y otros hechos imponibles”, según el juez instructor, Antoni Garcías, que le fijó en su día una fianza civil de 1,8 millones de euros.
La cantante manejó cuatro empresas exteriores: en las Antillas Holandesas, Panamá y Holanda y cuatro en España. En su defensa, inicialmente, alegó ser residente fiscal en el extranjero, pero la estrategia no cuajó. En 1991, hizo la última declaración ante Hacienda en España y en 2008 regresó, tras ser descubierta y estallar el escándalo del bufete Feliu.
Sus empresas son Cloverland Corporation BV, en las Antillas; Thara Holding BV, en Holanda; Laurie Trading, SA, y Lenina Inversiones, en Panamá. En España, Torroja tiene Sa Cadireta, SL; Carlitos Way, SL; Devon y Ragam.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.