Indicios y esperanzas
El empleo está cayendo a un ritmo menor y la ocupación puede mejorar en los próximos meses
El mercado laboral español refleja la indeterminación actual de la evolución económica. La recesión ha terminado, pero es necesario fortalecer el crecimiento antes de que aparezca una recuperación sostenida. En enero, el paro registrado aumentó en 113.000 personas, pero lo cierto es que comparando enero sobre enero el paro ha bajado el 3,34% y la caída de la ocupación (-0,04%) registra solo 5.800 ocupados menos. Pueden interpretarse como signos de que el paro y la ocupación están a punto de cambiar de tendencia y mejorar estadísticamente en los próximos meses. Pero para que la tendencia se aclare es necesario esperar al menos un par de meses.
La hipótesis más probable es que el mercado de trabajo mejore poco a poco a medio plazo, aunque solo sea porque la recesión ha terminado. Ahora bien, el descenso persistente en el número de afiliados a la Seguridad Social (184.000 personas menos en enero respecto a diciembre, lo cual sitúa la afiliación en el nivel más bajo desde 2002) indica que el ajuste del empleo en España todavía no ha terminado y es capaz aún de dar sorpresas negativas. Lo que puede asegurarse es que la destrucción de empleo se está desacelerando y que si se mantiene ese ritmo, la ocupación cambiará de tendencia en los próximos meses.
Los factores que podrían torcer esa tendencia probable son la inestabilidad financiera (los trastornos monetarios en los países emergentes quizá empeoren) y el riesgo de que Bruselas exija un nuevo ajuste presupuestario en 2014. Porque el cumplimiento del objetivo de déficit no es seguro y porque puede llegar el día en que la Comisión desconfíe de las cuentas del sector público. Si la economía española no tropieza con estos obstáculos, las estadísticas laborales mejorarán muy lentamente durante los próximos trimestres, en parte porque la destrucción del empleo no puede prolongarse ya y en parte por el moderado crecimiento de la economía.
Editoriales anteriores
No obstante, el volumen de paro va a seguir siendo muy elevado durante varios años. Esto es algo que el Gobierno debe reconocer con claridad, debido a que ese volumen de desempleo es un factor que reduce el margen presupuestario que podría utilizarse para estimular la recuperación. Tampoco hay que olvidar que una mejora del mercado laboral fundada en los contratos a tiempo parcial no es el mejor anclaje para una recuperación de la economía.
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