Memento mori
En la antigua Roma, cuando un general desfilaba victorioso ante su pueblo después de una gran victoria, existía la peculiar costumbre de asignarle un siervo que pegado a sus espaldas le susurraba al oído a modo de mantra la frase: “Recuerda que eres solamente un hombre, algún día morirás”.
Según un informe de Oxfam Intermon, las 85 personas más ricas de este planeta, acumulan todo el capital del que dispone la mitad más pobre de la Humanidad, y el 1% de las familias más poderosas acapara el 46% de la riqueza del mundo, mientras, 24.000 personas mueren de hambre cada día, un 75% de los fallecidos son niños menores de cinco meses. Quizás no se hayan enterado, y alguien debería susurrarles al oído Memento mori: también ellos algún día morirán, y quizás entonces, en el siguiente destino, su riqueza no se mida en dinero. Quizás un solo acto de bondad realizado en este planeta escuela, mientras estábamos vivos, valga tanto como toda la obscena riqueza de los que son tan pobres, que solo tienen dinero.— Alberto Molina Tejedor.
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