¡Ya es Navidad en la Casa Blanca!
Michelle Obama recibe el árbol que decorará su hogar estas fiestas El evento es parte de los actos de Acción de Gracias
El árbol de Navidad ya está en la Casa Blanca. Michelle Obama, acompañada de sus dos hijas, Sasha y Malia, y sus dos perros, Bo y Sunny, ha recibido al abeto que ha llegado en un carruaje empujado por dos caballos y con detalles navideños, que decorará la Habitación Azul en el Ala Este de su residencia todas las navidades. Durante la entrega también ha estado presente Chris Botek, dueño del vivero de Crystal Spring de dónde procede el árbol. Las primeras damas llevan oficiando esta tradición desde 1961.
Es un honor tener un abeto tan hermoso. Es el primero que recibe con nosotras Sunny -perrita de agua que la familia adquirió hace unos meses-. Me encanta" Michelle Obama
"Bueno, ¿qué os parece?", ha preguntado Michelle a sus hijas. "Es grande, muy grande", ha contestado la pequeña Sasha. El árbol mide más de 5,5 metros. "Es un honor tener un abeto tan hermoso. Es el primero que recibe con nosotras Sunny -perrita de agua que la familia adquirió hace unos meses-. Me encanta", ha enfatizado la primera dama. "Bueno esperamos veros mucho en las próximas semanas", ha agregado dirigiéndose a los periodistas. "Bueno, os deseo que paséis un buen fin de semana de Acción de Gracias y cuidado con las carreteras", ha terminado Michelle.
Hace unas semanas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la primera dama debían elegir el que sería su árbol de Navidad y, por primera vez en 50 años, decidieron que el abeto oficial no iba a ser uno de los ganadores de la feria que cada año celebra la Asociación Nacional de Árboles de Navidad de EE UU y que este 2013 había ganado el vivero Wickoff del Condado de Warren en Nueva Jersey. Según este organismo, los abetos ganadores del concurso han sido los proveedores de los árboles de Navidad de la Casa Blanca desde 1966. La pareja presidencial no encontró uno que fuera lo suficientemente grande.
En su lugar, los Obama han elegido uno procedente de la granja de Crystal Spring, en Leighton (Pensilvania), ganadores del concurso en el año 2006 y 2010; un abeto que hará las delicias de aquellos que visiten el Ala Este de la Casa Blanca estas fiestas. La primera familia ha optado por varios procedentes de la granja Wickoff para decorar otras estancias.
“Desgraciadamente, no encontraron uno que fuera lo suficientemente grande para la Habitación Azul”, aseguró John Wickoff en un comunicado. “Pero estamos muy contentos de que hallan elegido otros de nuestros árboles para decorar otras habitaciones de la Casa Blanca durante la celebración navideña”, añadió.
De acuerdo con la página web de la Casa Blanca, la tradición de poner un gran árbol de Navidad se hace desde 1889, bajo la presidencia de Benjamin Harrison, vigésimo tercer presidente de la nación. Aunque, desde entonces, ha habido años en los que se careció de este ornamento navideño. Como ocurrió en 1902, 1904, 1907 y 1922.
El recibimiento del árbol este viernes es parte de las celebraciones que los Obama hacen con motivo de Acción de Gracias. Este año, la primera familia decidió pasar la cena más tradicional de EE UU de forma íntima en la Casa Blanca junto a sus hijas Sasha y Malia. No se ha hecho público si hubo más invitados aunque sí lo que comieron.
Los Obama optaron por un menú tradicional en el que no faltó el pavo –rey de esta celebración-; jamón con miel asado; relleno de pan de maíz y de ostras, verduras; los típicos macarrones con queso; batatas, judías verdes, y panecillos. De postre, los Obama degustaron nueve tipos distintos de pastel. Entre ellos, pudieron saborear el de arándanos, el de nuez, el de boniato, el de plátano y la tarta de chocolate, entre otros.
Durante estos días, la familia presidencial tampoco se ha olvidado de los más desfavorecidos. El miércoles, día anterior a la cena tradicional, la familia al completo acudió a un Banco de Alimentos en el noreste de Washington donde Obama entregó pequeñas bolsas de comida a los que no tienen nada, Michelle se ocupó de las zanahorias y sus hijas hicieron lo propio con manzanas y bolsas de chucherías -estas últimas tenían el sello presidencial impreso-. Tampoco, en este acto, faltó el pavo.
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