Jugar en Guinea
La selección de fútbol juega hoy en Guinea, un país donde gobierna un dictador desde hace más de 20 años, y yo me pregunto cómo la selección que representa a España, un país democrático ha aceptado jugar este partido.
Alguien debe recordar al presidente Villar que la selección no es un juguete económico (aunque se ha indicado que el partido es a coste cero, no creo que nadie se lo crea), y que nos representa a todos y por tanto no debería haber aceptado este compromiso.
Bastante mala es la imagen de España en el extranjero para perjudicarla aún más con este “bolo” inservible en un país dictatorial.— Borja García Zapardiel. Albacete.
La polémica sobre el partido de la selección en Guinea me parece ridícula y algo cínica. Sobre todo en personas que presumen de progresistas pero nada dicen por negociar con China o con muchos países con el mismo tipo de mandatarios dictadores y, sin embargo, negocian con dinero y capacidad de compra. Guinea siempre fue un país amigo y cuando salió petróleo nos marchamos de allí, actuando como siempre, con error. Todos sabemos quién es Obiang, pero hay personajes iguales que él que, al negociar grandes contratos de comercio, dejan de ser dictadores.
La ética hace tiempo que murió en el mundo y nadie la ha defendido. Si volviera el profesor Aranguren se quedaría pasmado por ver dónde quedó aquella asignatura. Las noticias de cada día nos asustan y ahora resulta que<TH>nos sienta mal jugar contra personajes así. Seamos serios, esto es una noticia de portada que no aporta nada. Y perdón por no adjuntar lista de dictadores de todo tipo que existen por el mundo porque es muy larga, empezando por algunos muy cercanos que presumen de demócratas honrados.— César Moya Villasante. Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.