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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Supremo delirio

Como Venezuela tiene muchos problemas, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado la creación del viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo

El País
Marcos Balfagón

Venezuela, país petrolero, tiene una inflación anual que roza el 50%, una economía en picado (cuatro puntos de desplome en seis meses), falta de divisas, desabastecimiento de productos básicos, corrupción y criminalidad galopantes y apagones cada dos por tres. Como hacen falta decisiones, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado la creación del viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo. Este departamento reforzará los programas de asistencia y atenderá reclamaciones y necesidades de los venezolanos más desfavorecidos, que ya son casi todos...

No entra en los planes de Maduro, en cambio, adoptar medidas elementales que recomienda la lógica económica, como levantar los férreos controles de cambios y precios. Porque la culpa, explica, no es del Gobierno ni de 14 años de decisiones equivocadas. La culpa es de los “vendepatrias”, “parásitos” y “Burgueses Mandados por Washington” (BMW, ojo a la sutileza) que han desatado una “guerra económica”. Son ellos los que cortan la luz y esconden el papel higiénico.

Así que a seguir firmes. El mandatario venezolano ha pedido poderes para gobernar por decreto. Va a reforzar las paramilitares milicias bolivarianas en defensa de la revolución. Y la Asamblea Nacional ha creado una comisión para perseguir conspiraciones. Por cierto, quieren citar al rector de la Universidad Metropolitana, Benjamín Scharifker, porque creen que es un agente de Israel que está lavando el cerebro a los alumnos.

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Podría pensarse que esto no es ya una cuestión política ni ideológica, que es algo que roza el delirio. Pero el 8 de diciembre hay elecciones municipales, en las que el delfín de Hugo Chávez intentará mejorar el apretado resultado de las presidenciales de abril. Tal vez reforzar los programas clientelistas y al mismo tiempo meter miedo tiene su lógica. Eso, y decretar el día de la votación como jornada de la Lealtad a Chávez y del Amor a la Patria.

Al nombrar a Chávez “Líder Eterno” y crear un ministerio de la Suprema Felicidad, Maduro parece de repente poseído por el espíritu norcoreano, que hoy encarna otro delfín, Kim-Jong Un. Los dos llevan el uniforme de sus mayores (camisa negra, uno; chándal, el otro). A ver cómo acaba todo esto.

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