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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Continuidad

El Presupuesto para 2014 mantiene la austeridad y descarta más subidas de impuestos

Con la retórica propia de estas ocasiones, la vicepresidenta del Gobierno calificó ayer el proyecto de Presupuestos para 2014 como “los primeros Presupuestos de la recuperación económica”. Si lo que con ello quiere decir es que el año próximo la economía española entrará en fase de recuperación y este Presupuesto coincidirá temporalmente con ella, es posible, aunque habría que matizar que una cosa es que acabe la recesión y otra distinta que la economía se recupere. Para ello serán necesarias tasas de crecimientos suficientes para crear empleo neto; si lo que quieren transmitir la vicepresidenta y los ministros de Economía y Hacienda es que estas cuentas públicas impulsarán esa recuperación, habrá que dejarlo en el territorio del pronóstico.

El proyecto asume que la economía española seguirá un año más con una tasa récord de paro, aliviada en una revisión a la baja del desempleo. De la escasa información desvelada ayer cabe deducir que la acción presupuestaria no tendrá impactos significativos en la situación del Estado de bienestar, ya afectado en extensión y prestaciones; ni tampoco en la inversión pública. Se anuncia un pequeño aumento de la inversión en I+D+i, en becas y en cultura. Y se confirma la cuarta congelación salarial consecutiva de los funcionarios, prácticamente obligada porque es el único método efectivo para bajar el gasto aunque repercutirá en la evolución del consumo privado.

El Gobierno busca hacerse fuerte en dos aspectos de las cuentas públicas. El primero radica en el compromiso de no subir impuestos. Incluso se sugiere que habrá rebajas fiscales selectivas, quizá para autónomos y nuevas empresas. Está por ver el impacto de ambas medidas —si es que la segunda se concreta— en la confianza y las decisiones de gasto de las familias; unas de las predicciones evidentes que se desprenden de este proyecto presupuestario es que continuará la austeridad en las familias y en las pymes.

Editoriales anteriores

El segundo y más importante factor de confianza del Gobierno es la reducción de los intereses de la deuda en unos 2.000 millones, consecuencia de la caída de la prima de riesgo. Montoro y Guindos sugirieron que ese margen permitirá actuar en algunos capítulos de inversión, aunque las partidas conocidas (pocas) no confirman aún esa sugerencia. El equipo económico se apunta la caída de la prima de riesgo en el haber de su buena gestión. Está en su derecho, aunque la caída del diferencial se debe en buena medida a los avisos contundentes del BCE, a la entrada masiva de liquidez proveniente de países avanzados en los que la política monetaria es mucho más laxa que en la eurozona (Japón y Estados Unidos) y a la compra de bonos públicos por los bancos con fondos provenientes del BCE.

De la lectura del mensaje presupuestario hay conclusiones que afianzan la idea de la continuidad. En 2012 se incumplieron los objetivos de estabilidad (déficit y deuda); en 2013 tampoco se cumplirán, a pesar de que el objetivo de déficit es apenas tres décimas inferior al del año anterior y, por tanto, existen dudas sobre la tolerancia de los mercados ante tanto incumplimiento. Esta incertidumbre se proyecta también sobre la partida de intereses de la deuda en 2014.

La conclusión es que es muy pronto para afirmar que el Presupuesto de 2014 vaya a ser el de la recuperación. De su primera lectura se desprenden unas líneas maestras continuistas, algo atenuadas al alza y teñidas de un optimismo moderado, con respecto al de 2013. España seguirá siendo una de las economías, de entre las avanzadas, con más dificultades para crear empleo. Si el equipo económico tiene ideas para estimular la reactivación, en esta presentación del Presupuesto no las ha concretado.

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