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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una mujer en la City

Londres invita a cinco sabios independientes de verdad a mejorar su sistema financiero

MARCOS BALFAGÓN

Ana Patricia Botín, actual consejera delegada del banco Santander UK, ha sido llamada a formar parte del nuevo Consejo de Servicios Financieros, Comercio e Inversiones creado por el Gobierno británico para apoyar la industria financiera y reforza la imagen de la City de Londres.

Lo primero que sorprende es que se cree una comisión para impulsar la City. Cierto que la crisis financiera de 2008 no ha contribuido a la buena imagen de las finanzas en general, pero la City de Londres es el teatro de operaciones de una industria boyante y expansiva. ¿Para qué necesita el impulso de una comisión un sector que representa la mitad del superávit comercial de Reino Unido, contribuye con 128.000 millones al PIB del país y aporta el 10% de sus ingresos fiscales?

“Para hacerlo aún mejor”, explica el propio Gobierno. Y para conseguirlo ha invitado a la tarea a cinco grandes ejecutivos de la City elegidos, no por su proximidad ideológica o los servicios prestados, sino por ser “líderes con amplia experiencia” y estar al frente de grandes marcas.

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Es de alabar este proceder, que en sí mismo implica ya una práctica de excelencia. Justo el reverso de lo que ocurre en España con esa tendencia a crear comisiones independientes de sabios que no son tan independientes y algunos ni siquiera tan sabios y cuya principal misión es dar cobertura a las posiciones del Gobierno.

La inclusión de Ana Patricia Botín ha despertado algunos recelos en la prensa. ¿Qué méritos tiene esta desconocida señora?, venían a decir. La cuestión apunta de forma sibilina los tres factores —ser hija de, mujer y extranjera— que podían contar en contra de su inclusión.

Siendo hija del presidente del grupo Santander, se podía pensar que ha llegado a tan altas posiciones gracias al nepotismo. Y ser mujer en la muy moderna y también machista City no facilitaba las cosas. Pero a sus 50 años, Ana Patricia Botín ha tenido oportunidad de mostrar que es una mujer de valía. Para un país que ha situado al frente de su banco central a un canadiense, ser extranjera no debía ser en principio un obstáculo, y no lo ha sido, pero es cierto que eso la hacía menos conocida. Con este nombramiento, sin embargo, se ha situado en el star system de la City.

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