A contracorriente

Cuando acabo de leer la entrevista al presidente del Banco Mundial, el coreano Jim Yong Kim, me quedo pensando porque no sé si vive la misma realidad que yo. Y después de unos minutos me doy cuenta de que él va por un lado y yo por otro, y de que es fácil explicarlo. Este señor da a entender que hay que luchar contra la pobreza en el mundo, ayudar a África a producir, apoyar a las clases medias para que consigan un bienestar social; o sea, lo que dicta el sentido común. Pero yo vivo en un país distinto. Aquí parece que conseguimos en su día ese bienestar y el Gobierno de la propia nación quiere eliminarlo, cosa que está consiguiendo en el corto plazo. Y ahí está mi lío mental. No sé si es que el ciclo es inverso y cuando se consigue hay que eliminarlo o que en España siempre vamos al revés del mundo. En España, y con un Gobierno de la extrema derecha más profunda de toda Europa, se trata de eliminar aquellas ventajas sociales conseguidas para muchos porque eso es patrimonio de unos pocos, que son los que piensan como ellos. Y los muchos que en su día disfrutamos de esos beneficios no debemos tenerlos por si nos volvemos egoístas como ellos y para todos ya no hay. Es lo que deduzco después de pensarlo mejor, aunque no sé si es mi verdad o hay más gente que piensa como yo.