La España feudal

Muy interesante el reportaje dedicado a El Pardo publicado en El País Semanal del 7 de julio. Me pregunto cómo es posible que existan aún hoy en pleno siglo XXI estas reminiscencias del antiguo régimen, que no se haya difundido y abierto al ­público para general conocimiento. Creo que es perfectamente compatible la protección del medio ambiente que representa la flora y fauna de El Pardo, ya sea como parque natural o como reserva natural, con su exposición y apertura al público para conocer los monumentos que alberga y para que su población ­salga de la caverna en la que está sumida. Y, sin embargo, vemos que este paraje está detenido en el tiempo, tal como reza el titular, en el oscurantismo más absoluto, contagio tal vez del inquilino dictador que tuvo en el pasado. Ya es hora de quitarse la caspa de encima. ¿Cómo pretende ser la Corona hoy día una institución transparente si mantiene escondido en el anonimato más recóndito este espacio natural? Pues porque entiende que le pertenece por naturaleza divina y creen que es su coto de caza y pesca milenario. Parece que no avanzamos. Cuando vemos estas cosas, nos trasladamos 60 años atrás, como si volviéramos a aquella España feudal de Los santos inocentes, y si nos adentramos un poco más en el paisaje parece que nos vamos a encontrar con el señorito Iván de turno, o el Paco el Bajo y el Azarías o la Niña Chica correspondientes. Lamentable.