Evita como símbolo

Sabemos que los grupos sociales se disputan no solo los recursos y los espacios, sino también los símbolos. Es en esta lógica que debe interpretarse la decisión del Gobierno argentino de imprimir un billete de 100 pesos con la efigie de Eva Perón. Ahora bien, algunos comerciantes se niegan a aceptarlos aduciendo que los cajeros automáticos no los reconocen.

El Gobierno sospecha que los motivos del rechazo son otros y amenaza con aplicar sanciones. Podrá decirse que la presencia de Evita en el billete es justificada, ya que se trata de una mujer que ha marcado la historia argentina (aunque sabemos que la historia es una construcción). El problema es que Eva Perón es menos un mito nacional que un mito partidario, menos un elemento federador que un objeto de discordia.

Días atrás, con referencia a la actualidad argentina, el periodista Nelson Castro decía en las páginas de este diario: “Hoy se vive una división en la sociedad como la que sufrió el país en los años cincuenta”. Tenemos derecho a dudar de que la imposición arbitraria, violenta, cuasi despótica, de un símbolo partidario al conjunto de la ciudadanía sea el gesto que el país necesita hoy para su unificación.— Fernando Stefanich.