Balanzas fiscales y demagogia
El profesor Guillem López en su artículo Balanzas fiscales: las verdades del barquero (EL PAÍS, 2 de julio) intenta justificar la propaganda nacionalista del famoso expolio fiscal, los 16.000 millones de euros, el 8% de PIB que tiene Cataluña con el resto de España. Que hay varios métodos para analizar este tema no lo pone en duda, pero solo es válido el que llega al resultado que la política, una determinada visión política, ha solicitado. Pasa en todos los ámbitos de la sociedad catalana: los economistas solo tiene que dar la visión que interesa a los nacionalistas. Los historiadores: “España contra Cataluña”, no tienen que intentar una aproximación a la verdad histórica. Las asociaciones culturales, cómo Òmniun Cultural, no tienen que dedicarse a promover la cultura en sentido amplio, tienen que implicarse en los anhelos políticos de “toda la sociedad catalana”. Los medios públicos y algunos privados (con subvenciones escandalosas) no tienen que dar una información veraz y responsable. Solo tienen que dar lo que interesa a una determinada visión política. En la televisión pública catalana la información está totalmente mediatizada. Encontrar un debate sobre ciertos temas con voces discrepantes es como buscar una aguja en un pajar.
Los impuestos los pagamos todos los catalanes por lo que todos tenemos derecho a tener una información seria y contrastada. Si hay varias balanzas fiscales tenemos derecho a conocerlas todas, la metodología utilizada y sus resultados. En una sociedad democrática, esto se llama transparencia. Lo que no parece coherente es que desde una visión técnica o científica, sea histórica, económica, etcétera, se llegue a unos resultados contaminados por los políticos. Estos ya nos dan su visión de los problemas y sus soluciones. Los científicos tienen que ampliar esta visión e intentar ser más neutrales e imparciales con lo que representarán mejor a toda la sociedad.
Lo siento, señor Guillem López, en lugar de las verdades del barquero ha justificado las mentiras nacionalistas.— Miguel Ángel Andrés Fernández.
