La cuenta de la vieja

O lo que es lo mismo: “Exprime a la vieja para que te salgan las cuentas”. Leo que próximamente va a entrar en vigor el copago por la teleasistencia a los usuarios. Los “usuarios” (perverso lenguaje, no son otros que nuestros mayores, en cuyo bagaje por la vida acumulan enfermedades y minusvalías que dificultan su día a día y que les hace merecedores de tal servicio).

Explico la paradoja: mi madre, ya jubilada y con minusvalía, pagaba este servicio, aproximadamente 35 euros al mes. Cuando le realizaron la valoración para las ayudas a la dependencia, le comunicaron que este servicio iba a pasar a ser gratuito en su caso. Me quedé perpleja cuando al realizar el cambio de forma de pago, implicaba también el cambio de la empresa que gestionaba la teleasistencia. La Comunidad de Madrid tiene duplicados estos servicios, me dijeron, según los pague el madrileño o bien el Ayuntamiento —supongo que esto producirá unas comisiones estupendas para los amiguetes—. Desde hace dos años ya no tiene que pagar, aunque tampoco ha visto un euro de las ayudas a las que tiene derecho según la Ley de Dependencia. Los esfuerzos se dedican a realizar las cuentas de la vieja para establecer cinco tramos de pago y preparar bonitas estadísticas para justificar el atropello que van a realizar a los usuarios. Dolores Navarro, delegada de Familia y Servicios Sociales, pidió comprensión ya que supone un esfuerzo muy grande para el Ayuntamiento teniendo en cuenta la crisis. Palabra mágica que les está viniendo fenomenal para justificar estos desmanes. Por favor, desmantelen por ejemplo la duplicidad en los servicios que seguro estamos pagando entre todos los madrileños. De esta forma saldrán mejor las cuentas para nuestros viejos.— Myriam de Arriba Torres.