Crédito para crecer
El mensaje de la troika resulta frustrante para España porque mantiene sus recelos
Puesto que la normalización del crédito a familias y empresas es condición inexcusable para pensar en una recuperación económica, el dictamen de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) sobre el proceso de consolidación financiera en España, sostenido con 40.000 millones procedentes de los fondos europeos, resulta frustrante, por lo que encierra de advertencia para los meses inmediatos. Como en otras ocasiones, la troika mezcla conclusiones que suenan a protocolarias (la operación de rescate bancario va por “buen camino”) con avisos preocupantes; y lo son no porque provengan de quienes financian el rescate, sino porque son recelos razonables que otras instancias ya han expresado.
Si la recesión se prolonga, nada es más lógico que suponer que los activos bancarios seguirán deteriorándose, porque crecerán la insolvencia y la morosidad, y la banca necesitará más chorros de liquidez. Por ello es imprescindible confirmar la consolidación de los balances bancarios. No hacerlo sería un obstáculo insalvable para la normalización del crédito; se agravaría una sequía crediticia que ya es pertinaz. El Banco de España informa de que en abril la deuda de las empresas cayó casi el 11% en términos interanuales; la mayor parte de ese descenso se explica por el desplome de los préstamos concedidos por las entidades de crédito. Este no es precisamente el comportamiento que se espera del sistema financiero en una economía en los prolegómenos de una recuperación.
Que el Gobierno se tome en serio el problema del crédito le obliga a evitar dar una cierta impresión de que actúa por inercia, como si bastara con inyectar 40.000 millones para resolver de un plumazo las consecuencias del crash financiero, desde la limpieza de los balances hasta los préstamos a las familias o la financiación a las pymes. El análisis de la troika muestra sensatez cuando pide que se vigile de cerca la calidad de los activos. Incluso su advertencia de que las normativas antidesahucios deben ser coordinadas con la estabilidad de los bancos está puesta en razón. Si el Gobierno no vigila de cerca la calidad de los activos bancarios y no calcula los efectos de sus decisiones, la caída de los costes de la deuda no servirá de nada y la recuperación seguirá quedando siempre para el año siguiente.
Editoriales anteriores
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.