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No me gusta un país que niega una beca Ramón y Cajal por falta de méritos a Diego Martínez Santos, premio de la Sociedad Europea al mejor físico de partículas joven de Europa. Y que, sin embargo, paga una dieta de alojamiento de 1.800 euros al mes a 62 diputados —elegidos por diferentes provincias— con piso en Madrid.
No me gusta un país que despide —afectada por un ERE en el Centro de Investigación Príncipe Felipe— a la bióloga Nuria Martí Gutiérrez, que acaba de participar en la obtención de células-madre embrionarias a partir de una célula adulta en humanos en la Universidad de Oregón (EE UU), algo considerado como uno de los descubrimientos científicos más importantes del año; y que, al mismo tiempo, dedica tres millones de euros en un campeonato de golf en Castellón, 15 millones de euros en unas torres de Calatrava que no se van a construir y una cantidad ingente de millones en aeropuertos inútiles.
No me gusta un país que en los últimos tres años ha recortado el 31% en I+D+i y, al mismo tiempo, es el que tiene el mayor número de políticos y asesores de políticos —muy bien pagados— de toda Europa.— Juan Rey.
