La tierra sufre
Vergonzoso. Lamentable. Decadente. Son adjetivos que se podrían atribuir al cuidado y uso que los seres humanos hacemos de los recursos naturales. Simplemente hay que echar un vistazo a los lugares desde el parque del barrio, al río Amazonas.
En nuestra sangre hay más de 300 sustancias químicas sintéticas que no tenían nuestros abuelos. Según Greenpeace, este es solo uno de los efectos nocivos que el acoso descontrolado a la naturaleza provoca en nuestras vidas. Según una publicación del Environmental Health Perspectives, como consecuencia de la contaminación atmosférica los bebés nacen pesando menos de 2,5 kilogramos, por lo que son más propensos a enfermedades. Jamás harían daño a sus hijos, nietos… ¿y son capaces de hacérselo antes de nacer siquiera?
Cada año las temperaturas suben, los árboles caen, las especies animales desaparecen, y la raza humana permanece impasible. Por enriquecerse en el presente, venden el futuro y la salud de las generaciones venideras.
Es bonito pasear rodeado de árboles en la montaña, navegar por un río o ver animales salvajes. Pero es responsabilidad nuestra que esto se mantenga. Es necesario concienciarnos todos de la importancia que tiene el cuidar a esta madre enferma que sufre, la madre tierra.— Blanca Garrido García.
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