Dos Españas
Si nuestro país fuera una persona, sus familiares intentarían llevarla a un psicoterapeuta que le ayudara a discriminar entre sus fantasías y su situación objetiva

Nunca he creído que sobrevivieran a la muerte de Franco. La España democrática es una y son muchas, ni más ni menos que otras naciones europeas. Eso creía, y sin embargo ya no estoy tan segura, aunque si han vuelto a existir dos Españas, son desde luego nuevas, distintas de las tradicionales. Jamás, en nuestra historia reciente, ha sido tan necesario oponer el progreso a la reacción, pero por desgracia ya no se trata de eso, sino de algo que quizás parezca menos grave y puede resultar más peligroso. Porque el factor que hoy divide a España en dos es, simplemente, la realidad.
Si nuestro país fuera una persona, sus familiares intentarían llevarla a un psicoterapeuta que le ayudara a discriminar entre sus fantasías y su situación objetiva. Y no me refiero solo al debate parlamentario, ese triunfalismo de Rajoy que Bárcenas ha derribado de un soplo, igual que el lobo destrozó la casa del cerdito holgazán. Vivimos en un país donde, en general, los gobernantes corruptos proponen ambiciosos programas contra la corrupción, los creadores de leyes injustas piden que se apliquen con justicia, y los impulsores de delitos se apresuran a acudir a un juzgado para denunciarlos.
Mientras los responsables de los problemas se ofrecen gustosos para solucionar el problema que ellos mismos constituyen, sus víctimas sufren. Cuando alguien se atreve a decirlo en voz alta, se convierte en un populista, sinvergüenza, que está en política para ver si le cae un sobre o vive de las subvenciones y pretende encima cobrar por su trabajo. Observar la realidad se ha convertido en una provocación, una agresión al poder que no solo se considera legitimado para ignorar lo que pasa, sino para criminalizar a quien intenta contárselo. Así, antes de que la mate la corrupción, la democracia española morirá de irrealidad, y nadie tendrá dinero para enterrarla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El Gobierno rectifica y elimina la obligación de que los desempleados presenten la declaración de la renta
El grupo de investigación CREA de la UB se disuelve tras las denuncias de acoso
Los presuntos homicidas de Elche asaltaron un concesionario y lesionaron a tres policías tres días antes del crimen
Atacan con pintadas la sede del PP en Finestrat, localidad de la que era alcalde el ‘president’ Pérez Llorca
Lo más visto
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la lista de números premiados
- El PP de Almeida vota en contra de dedicarle a Robe Iniesta un centro juvenil porque antes quiere hablarlo con su familia
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- La Guardia Civil detiene a los dos hombres atrincherados tras matar a dos alemanes en un chalé de Elche




























































