Alegría española

Acabo de leer el artículo de Santiago Roncagliolo Carta de fin de año a mis hijos. Me encantó leer a una persona que vive en España con la esperanza de creer que no están tan mal. Yo vivo en un Estado pequeño de México, mis raíces son españolas. Mi papá después de la guerra emigró, primero a Cuba y luego a México. Siempre hemos tenido cercanía, familia y amor por España. Después me casé con un español. Ahora tengo una hija, un yerno mexicano y tres nietos que viven en España, y aunque los extraño y los añoro todos los días, estoy tranquila y feliz por ellos. Aquí se vive bien, se trabaja mucho, pero también hay crisis, mucha corrupción y una inseguridad que pone los pelos de punta. Cada vez que un hijo sale, preocupa que regrese, que no le pase nada, que un retén falso no lo desaparezca, que no lo secuestren, que no lo maten. Esto es muy triste y lo hablo con mi suegra, que vive en un pueblo de Asturias, con mis primos, con familiares, pero ellos se quejan, creen que lo que pasa en España es lo peor, y no, no lo es. Yo quisiera que mis otros hijos vivieran en un país seguro. Así que me da gusto ver que hay españoles con esperanza, positivos, que defienden su país de la crisis, pero también del peligro de convertirse en un país corrupto, con inseguridad. Si hay que apretarse el cinturón, lo hacemos todos con la esperanza de recuperar lo que teníamos, pero para seguir siendo un país lleno de lo mejor que hay en España: la alegría de los españoles.