El euro por receta
Me considero manifiestamente muy indignado con la medida del euro por receta. En primer lugar, por imponer el pago de un impuesto en un peaje tan indiscriminado y prácticamente ineludible como el de un enfermo que acude a la farmacia a recoger la medicación; medicación que no ha decidido él sino un médico que se lo manda pensando en su salud, en su vida. Y en segundo lugar, porque la posibilidad de eludirlo pasa por rellenar tres engorrosas copias en la farmacia, posibilidad dicho sea de paso duramente amenazada por las autoridades cual crimen atroz.
Total, para recaudar una estimación de 80 millones de euros, una cifra que, si me permiten expresar mi opinión como sanitario, es ridícula comparada con otras medidas sobre el gasto farmacéutico dirigidas contra la industria farmacéutica y que son mucho más eficaces. Pero claro, es más fácil que paguemos nosotros.— Luis Heras López.
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