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DESARROLLO RURAL

La tercera velocidad de Europa

Suele hablarse de una Unión a dos ritmos, pero las zonas rurales tienen el suyo propio Los fondos para el desarrollo se crearon para dinamizar la economía y fijar población Por primera vez, España recibirá menos fondos en el próximo periodo presupuestario

Una empresa de fabricación de humus en la localidad asturiana de La Mata.
Una empresa de fabricación de humus en la localidad asturiana de La Mata.Camin Real

Alberto Díez de Tejada es el gerente de Dulce Grado S.L., una empresa de nueva creación que a partir de febrero comercializará tocinillo de cielo en toda España. Los ingredientes, los tradicionales de este dulce típico; el proceso, mecanizado al máximo, desde máquinas que cascan los huevos a otras que los baten. Sus socios y él han reunido 900.000 euros para impulsar el proyecto y han decidido ubicarlo no en un polígono o en una gran ciudad sino en una zona rural, Grado —concejo asturiano de pueblos y aldeas que suman unos 10.000 habitantes a 30 kilómetros de Oviedo—.

“Queríamos implantarnos en nuestra tierra y que los cinco puestos de trabajo que vamos a crear sean para gente del pueblo”, explica Díez, de 40 años. La decisión les ha supuesto una gran ventaja. El Grupo de Desarrollo Rural Camin Real de la Mesa, entidad creada para gestionar los fondos europeos que llegan a la comarca, los ha financiado con 200.000 euros, el máximo que permite la Unión Europea.

En España, donde el 13% de la población vive en zonas rurales, hay 246 grupos de desarrollo rural. Se crearon a mediados de los noventa, cuando Europa decidió que las ayudas de la PAC (Política Agraria Común) debían complementarse con otros fondos para evitar la despoblación y la pérdida de la cultura rural. Si en la actualidad se habla de una Europa a dos velocidades, el campo sería una tercera. Los grupos deciden cómo y en qué se invierte el dinero para dinamizar la economía de su comarca y crear los servicios necesarios para que la población no huya  a las ciudades en busca de escuelas, calidad de vida o incluso, conexión a Internet.

Comarca del Camin Real de la Mesa, en el centro de Asturias
Comarca del Camin Real de la Mesa, en el centro de Asturias

España es el segundo receptor de fondos para el desarrollo rural, por detrás de Francia. Sin embargo, con la entrada de países cuyas regiones tienen un PIB más bajo, esas ayudas tienden a reducirse. Si el presupuesto para 2014-2020 presentado por Herman van Rompuy sale adelante, estos fondos caerían hasta los 8.300 millones, lo que en algunos países supondrá una bajada del 20%. En el caso español, según la Red de Desarrollo Rural, la caída sería del 25%, lo que hará que unas 50 o 60 comarcas se queden sin fondos. Autonomías como Extremadura, Canarias, Ceuta y Melilla seguirían manteniendo las ayuda. Sin embargo, otras como Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha o Murcia tendrían, como mínimo, el 57% de las actuales.

Somos muy caros en euros, pero aportamos mucho a la sociedad Beatriz López, gerente de Camin

Beatriz López, gerente de Camin Real, sabe que sin el maná europeo zonas como la suya se perderán. “La crisis debería ser una oportunidad para el medio rural, porque se nota menos la recesión que en las ciudades. Se podría aprovechar para producir en cercanía abaratando costes o para repoblar”. Y añade: "Si medimos las cosas en euros, somos muy caros, pero aportamos mucho a la sociedad porque conservamos el patrimonio ecológico y cultural".

Camin Real de la Mesa, creado en 2001, ha aprobado 80 proyectos para el periodo 2007-2013, que han generado 48 empleos y consolidado otros 39. Los más de cinco millones de euros que invirtieron han generado más de 11,5 millones. Belarmino Fernández Cervienza preside este grupo y también la Red Asturiana de Desarrollo Rural, que agrupa a los 11 grupos de la región. Para él, es una insensatez que no se apoye una actividad económica sostenible como la que se crea en el mundo rural. “En Asturias hay pueblos abandonados con alta capacidad de producción, pero importamos manzanas para la sidra de otras regiones y países”.

Panel que señala restos de fortificaciones militares de la Guerra Civil en el Nalón.
Panel que señala restos de fortificaciones militares de la Guerra Civil en el Nalón.Camin Real

Lo mismo opina José Andrés García Moro, presidente de la Red Estatal de Desarrollo Rural, que advierte de que la Unión ha amenazado con congelar las ayudas a regiones con un déficit excesivo. Por otro lado, explica que las ayudas no se reciben si no las complementa el Gobierno nacional y autonómico. "Con la política de recortes y austeridad, las autonomías no llegan a financiar la cuota que les toca y se puede perder todo el trabajo y terminar estando peor que al principio, con una brecha económica insalvable".

El campo podría ser una salida para esta generación, que no puede perderse J. Andrés Gª Moro, presidente REDER

"El campo podría ser, además, una salida para esta generación, que no podemos dejar que se pierda", comenta García Moro, agricultor de profesión. Un ejemplo es Marta Fernández, que volvió de Londres a su Rodielo natal para recuperar la casona de sus padres. El grupo de Camin Real la apoyó económicamente para hacer de ella un hotel rural. Actualmente, en Rodielo, una aldea de Grado, viven 18 personas, seis de ellas en esta casa rural, que además ha generado dos puestos de trabajo. El turismo rural fue durante muchos años punta de lanza de los pueblos. Tanto que se crearon 70.537 plazas hoteleras en toda España desde mediados de los años noventa.

Beatriz López, con más de 11 años de experiencia en el sector, defiende todo lo que supone el desarrollo rural: “Subvencionamos actividades, sostenemos tradiciones, acercamos las nuevas tecnologías, los servicios, luchamos por la igualdad... y también promocionamos el territorio". Todos están de acuerdo en que su comarca, como muchas otras, desaparecerá si se cierra el grifo europeo. El próximo periodo contarán con menos dinero, pero seguirá llegando. ¿Qué haría falta para que las ayudas fructificaran? "Menos burocracia y más ambición”, defiende Beatriz López. Y eso es precisamente lo que le han permitido hacer a la empresa Dulce Grado, "arriesgar y pensar a lo grande”.

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