También nos han robado la ilusión
Hoy igual que ayer, igual que muchos días desde hace tiempo, me levanto al sonar el despertador y, a pesar de que resto un día a los que me quedan para coger mis vacaciones, no consigo sentirme ilusionada. Se debe al panorama social, económico, y político que nos rodea, nos envuelve, nos atormenta y nos deja como un regusto amargo ante nuestros proyectos más inmediatos.
Creía que el compromiso de los gobernantes era proteger a los más desafortunados, a los más desproveídos de una sociedad. En cambio, constato cada día que no es así. Quizás yo sea una ignorante. Ustedes señores, gobiernan con el mazo del decreto en alto, siempre listo para golpear a los más necesitados, dependientes, parados, inmigrantes. Nos dicen que los recortes son necesarios para salir de la crisis y, créanme, eso lo entiendo a pesar de mi ignorancia. Lo que no entiendo es por qué empiezan a recortar por abajo, ¿no sería más justo empezar por arriba? No sé si me explico, me refiero a por donde hay más fortuna, por aquellos que no dependen de una pensión de 400 euros para sobrevivir. Ustedes mismos, sin ir más lejos. Me gustaría saber dónde se exponen los recortes a sus privilegios. A sus coches de alta gama, a sus viajes en primera, a sus trajes elegantes. Ustedes que tienen un currículo tan largo y una conciencia deshabitada. Ustedes y su despilfarro vanidoso e innecesario, no sólo se han gastado el dinero público dejando nuestro país al borde del abismo, también nos han robado la ilusión por nuestros proyectos —en el caso de que aún nos queden proyectos ante tanta incertidumbre.— Carmen Armesto Torres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.