Salvemos al Toro de Vega

Un periodista de EL PAÍS conmovía a sus lectores, en un mes de septiembre, contando lo que vio en Tordesillas el día de la celebración de El Toro de Vega, y se me quedó especialmente clavada en la memoria su descripción del animal intentando refugiarse detrás de un coche de la Guardia Civil, mientras un violento gentío se ensañaba con él.

Recorté esa hoja del periódico que, junto a una carta, envié al entonces presidente Rodríguez Zapatero suplicando la desaparición de semejante barbarie. Días después recibí una oficial y elegante respuesta de su asesor, en la que argumentaba aquello de la tradición, la cultura y la inaceptable evasiva de siempre.

Tirar la toalla no les viene bien a los vapuleados toros, por eso aquí continúo, suplicando ahora a este periódico que transmita mi petición, y ruego a sus periodistas, columnistas, dibujantes etc, preocupados también por esta sinrazón, que aborden ya la tarea imperiosa de concienciación, con sus palabras y sus dibujos, pues otro septiembre se está acercando.— Lola Serrano Fuentes.